Desde el 17 se podrá adquirir el cupón de la Organización Nacional de Ciegos, ONCE, para el sorteo del 25 de agosto que, dentro de la serie Ciudades en punto y hora, está ilustrado con el papamoscas de la catedral de Palencia. El obispo, Manuel Herrero; la directora de la agencia ONCE en Palencia, Paula Calvete; el deán, Ángel de la Torre, y el miembro de la delegación diocesana de Patrimonio Artístico y autor de la foto, Antonio Rubio, presentaron ayer el cupón, y coincidieron en valorar lo que significa en la promoción la catedral -que enfrenta en unos meses la celebración de su séptimo centenario- que aparezca.
«Es un motivo de alegría para la diócesis, la catedral y creo que para toda la ciudadanía poder presentar este cupón, que nos recuerda que tenemos una joya», afirmó Manuel Herrero, que agradeció a la ONCE esta difusión que, cree, «se merece la catedral. Ojalá llegue a ser la Bella Reconocida muchas veces; aplaudida, gozada y visitada».
Paula Calvete, por su parte, se refirió a la difusión que tendrá la Bella Desconocida a través de los 5,5 millones de cupones que van a salir a la venta el próximo 17 de agosto, y expresó su deseo de que el sorteo deje algún premio. Antonio Rubio explicó que la altura a la que se encuentra el papamoscas fue la mayor dificultad que presentaba realizar la fotografía, y si bien desde el triforio era una opción, prefirió hacerla desde abajo toda vez es una obra hecha para contemplarla desde el suelo. «Es una satisfacción haber podido aportar mi trabajo a un cupón», subrayó. Ángel de la Torre explicó que el cabildo de la catedral está «muy contento» de que aparezca la seo en un cupón de la ONCE, a la vez que espera que contribuya a atraer turismo.
Del siglo XVI. La catedral era la Bella Desconocida, como también lo es su papamoscas. Todos hablan del de la seo de Burgos, pero la de Palencia también tiene el suyo. Se trata de un autómata conectado al reloj que acciona el mecanismo a distancia para que un caballero golpee la campana al tiempo que un personaje negro abre la boca. Fue realizado en el siglo XVI por un autor hasta hoy día anónimo. Todo ello está enmarcado en cuadro de madera policromada con venera en la parte superior, un león a la izquierda del actor y ubicado en la parte alta del triforio del crucero en la nave de la epístola, con decoración flamígera del siglo XV. Papamoscas no solo viene por el personaje que abre la boca cuando da las horas, también por que se abren de los que contemplan el artilugio con el riesgo de tragarse alguna que otra mosca o mosquito.
«Como los tiempos que corren son un poco raros, que salga una persona de color negro no quiere decir nada. Reconocemos la igualdad derechos y la dignidad de las personas. En la fe cristiana todos somos hijos de Dios», afirmó el obispo.