En una época en la que las vocaciones religiosas están, en líneas generales, de capa caída, el 72,72% de los conventos y monasterios de la provincia se está utilizando en la actualidad. El uso que se haga de estos 32 lugares es ya otro cantar. Solo doce de ellos están ocupados hoy en día por frailes y monjas, mientras que dos más tienen todavía culto religioso.

El resto de los servicios que prestan a los ciudadanos son de lo más variado. Cinco fueron adaptados para equipamiento cultural; dos, para actividades educativas; tres, para temas administrativos y otros tres, para cuestiones ligadas con la sanidad.

De los cinco que quedan, dos tienen un fin primordialmente hostelero y uno, comercial. En cambio, otro es utilizado como vivienda colectiva y el restante, está marcado como de uso agrícola. Estas cifras se extraen de la Base de datos digital sobre caracterización de los monasterios y conventos en Castilla y León que promovió la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y que fue presentada recientemente en rueda de prensa. Este estudio, redactado por el doctor, arquitecto e investigador de la Universidad de Valladolid (UVa) Isaac Mendoza, registró 44 conventos y monasterios (en el trabajo diferencia ambas categorías) en tierras palentinas. La gran mayoría de ellos, 34, cuentan con algún tipo de protección desde el punto de vista del Patrimonio Cultural.

El objetivo de este análisis es recopilar tanto información histórica y documental como datos acerca de los monasterios y conventos de la comunidad autónoma. Las fuentes fueron la base de datos del Sistema de gestión del Patrimonio Cultural de Castilla y León (PACU), la bibliografía específica del tema, las autoridades eclesiásticas, los navegadores de internet, los sitios web de las propias congregaciones y las visitas y las llamadas telefónicas a los edificios.

De esta manera, se puede comprobar que el estado de los edificios principales es, en términos generales, bastante bueno. 19 están muy bien conservados y 15 están catalogados como bien conservados. En cambio, en el capítulo negativo, destacan los tres bienes que están en ruinas y los siete desaparecidos. 

Asimismo, Mendoza explica que la mitad (22 de 44) mantienen la propiedad eclesiástica, mientras que 13 están en manos particulares.La administración pública y el sector público tienen las escrituras de los otros nueve.

El trabajo también aborda la localización inequívoca de los monasterios y conventos, por lo que es posible identificar todos los palentinos analizados. Los bienes protegidos son Santa Clara y Santa María la Real (Aguilar); Santa María la Real y San Pedro de Valdecal (Mave); Museo de ArteSacro, Nuestra Señora de Alconada y antiguo convento Jerónimo (Ampudia); Santa Clara (Astudillo); SanFrancisco (Baltanás); San Basilio (Bárcena de Campos); abadía de Benevívere, San Francisco,SanZoilo y Santa Clara (Carrión de los Condes); SanPelayo (Cevico Navero); San Agustín y SanIsidro (San Isidro de Dueñas); SanSalvador (Nogal de las Huertas); Canónigas Regulares de SanAgustín, NuestraSeñora de la Piedad,San Pablo, Santa Clara y Agustinas Recoletas (Palencia); SanFrancisco (Palenzuela); antiguo convento de SanFrancisco-Ayuntamiento y SantaBrígida (Paredes de Nava); Santa María de Vega (Renedo de la Vega); Santa Cruz de la Zarza (Ribas de Campos); San Andrés de Arroyo (Santibáñez de Ecla); San Miguel (Támara de Campos); Priorato de laQuinta (Valbuena de Pisuerga) y  monasterio de Santa Clara (Calabazanos). 

Los que no gozan de protección alguna son el convento de Santa Teresa (Dueñas) y el antiguo convento de la calle Doctrinos, el de la Nazarenas, las Siervas de María, los Jesuitas; las Misioneras Teresianas; las Hermanas de los Ancianos Desamparados y la iglesia y el convento de San Francisco y el Seminario Mayor (Palencia).

En la presentación del estudio, el vicepresidente de la Junta, JuanGarcía-Gallardo, explicó que es «un magnífico trabajo» y «que la riqueza histórica y patrimonial de conventos y monasterios es fundamental, no solo desde el punto de vista artístico, cultural y patrimonial, sino también como generador de riqueza», según recogió Ical. Asimismo, aseguró que el inventario es el primer paso para un nuevo modelo de gestión, «que tiene que ir orientado a la utilidad y a la rentabilidad de todos los elementos patrimoniales, porque si no van a volver a un estado de abandono».

Por su parte, el autor recogió en su trabajo que el uso originario de los conventos y monasterios «enriquece» el valor histórico, cultural y de la tradición de Castilla y León. Respecto a los que están sin uso, aboga por «dar a conocer a la sociedad en su conjunto el valor de los edificios que están desocupados» y «dar a conocer las diferentes posibilidades de uso que ofrecen».  En este punto, Mendoza considera que 15 de los 44, en el futuro, podrían tener un uso cultural y seis, como lugar de culto.