«Todo ha merecido la pena por la felicidad que nos da Alba»

ALBERTO ABASCAL
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El consulado de España en Kiev facilitó los salvoconductos a las familias a las que inicialmente se denegó la inscripción en el registro civil de sus bebés nacidos por gestación subrogada. La familia palentina Frontela-Reyes cuenta su experiencia

«Todo ha merecido la pena por la felicidad que nos da Alba»

Como ya publicó Diario Palentino, lo que parecía el viaje de sus sueños y del que iban a regresar con su deseada hija en brazos, se convirtió en una  pesadilla aunque con final feliz. Ana Reyes Rodríguez y Fernando Frontela llegaron el pasado 7 de diciembre a  Kiev con la esperanza de poder regresar pronto a Palencia con su pequeña Alba nacida por gestación subrogada. Sin embargo, problemas burocráticos y jurídicos surgidos en este tiempo su estancia se ha dilatado por la falta de una respuesta hasta ayer. La ley exige el consentimiento de la gestante libre y voluntario tras el nacimiento, algo que todas las familias españolas han obtenido. Además, la ley española vela por el derecho del menor a conocer su origen biológico, algo que no se exige en Ucrania una vez que se cede la paternidad. Por lo demás, en este tiempo, el matrimonio palentino prácticamente ha ejercido como portavoz de la situación de las familias en Ucrania ante los medios de comunicación nacionales.

Después de tanto tiempo de espera, finalmente se puede decir que regresan a Palencia con el objetivo cumplido…

(Ana Reyes): Hemos acudimos al consulado con otra cara. Nos llamaron para citarnos y ya hemos comprado nuestros billetes de vuelta. Hoy mismo nos vamos a Palencia con un viaje que durará toda la noche, pero encantados y felices con Alba, que ya cuenta con la nacionalidad española.  Por otro lado, estoy triste porque conozco a familias que han estado en nuestra misma situación que no tendrán la misma oportunidad dado que, a partir de ahora, los familiares de los niños que nazcan por esta técnica deberán solicitar el pasaporte ucraniano para salir del país porque la embajada española ya no autorizará nuevos expedientes de inscripción, después de que el Ministerio de Justicia dejara sin efecto una instrucción del pasado viernes 16 de febrero que permitía el registro mediante pruebas de paternidad. 

En cualquier caso, pese a las penurias sufridas, ¿todo ha merecido la pena?

(Fernando): Para emitir el salvoconducto, el consulado ha inscrito previamente a nuestra hija en el registro civil español, un proceso que ha sido muy duro, aunque verdaderamente ha merecido la pena porque la felicidad que nos da Alba es inmensa.  Yo invitaría a todos los que opinan sobre la gestación subrogada que visiten antes este maravilloso país, que conozcan a las chicas y sus familias y luego emitan un juicio. Creo que hay una visión muy distorsionada de lo que es Ucrania.

¿Cómo han vivido este proceso?

 (Ana Reyes): Alba nació el 19 de diciembre, el día de San Nicolás en Ucrania. Un día después se  solicitó por Internet la cita con el consulado español para realizar los trámites necesarios para obtener el pasaporte de la bebé y, en un principio, se nos dio cita para el 18 de marzo. La incertidumbre se apoderó de nosotros y del resto de familias españolas afectadas hasta ayer. Había unas 80 familias en nuestra misma situación, por lo que reclamamos al Gobierno español que interviniera para poder acortar estos plazos. 

Se nos dijo que era imprescindible una sentencia judicial previa por parte de las autoridades ucranianas para lograr el registro de nacionalidad y no era suficiente una prueba del ADN del padre. Por ese motivo, las familias se concentraron el lunes ante la delegación diplomática española con pancartas en las que acusaban al Gobierno de España de violar los derechos de sus hijos. 

La inseguridad jurídica siempre estuvo latente en el procedimiento... 

(Fernando): En Ucrania consideraban que el bebé era español, porque los padres son españoles. Creo que el bloqueo inicial se dio por una decisión política.

Y esta situación para el resto de las familias afectadas, lejos de acabar, parece que continuará, ¿no?

(Ana Reyes): «Efectivamente, después de estas 39 familias entre las que nos encontramos, el resto que vayan a tener hijos, se quedarían a través de la vía ucraniana o nada. Esto no ha terminado. Es una pequeña batalla vencida, pero hay que seguir luchando. De hecho, presentamos ante la oficina del Defensor del Pueblo español una solicitud en la que se ponía de manifiesto que el Gobierno y el consulado en Kiev se estaban saltando las leyes.

Por cierto, ¿cómo se encuentra Alba?

(Fernando): Es una criatura encantadora y muy movida. Estamos con ganas de llegar a Palencia y retomar con ella la vida cotidiana.Creo que después de dos meses y medio ya teníamos ganas.