Podría ser un spot publicitario televisivo típico de Navidad pero no lo es. También podría emular a la iniciativa que llevó a cabo en el año 2019 un personaje que nunca se dio a conocer en Villarramiel dejando sobres con dinero entre los vecinos, pero tampoco lo es. En esta ocasión, simplemente ha sido una nuestra de gratitud, afecto o cariño el demostrado por una madre y su hija para con los vecinos de Cubillas de Cerrato, una pequeña localidad del sur de la provincia que a lo largo de este fin de semana, como por arte de la magia navideña, se ha llenado de felicitaciones de forma anónima totalmente personalizadas para regocijo de sus atónitos vecinos.
«A mí me llegó por debajo de la puerta. Es una cartulina pintada con acuarela con un personaje que hace de cocinera portando un pollo asado. Y después de leer la leyenda inscrita (El mejor regalo de esta Navidad será tu sonrisa) me emocioné mucho», reconocía a Diario Palentino Clementina Montes, que se encuentra cerca de cumplir 90 años. No era la única vecina sorprendida de Cubillas porque, Evelia Antolín, también recibió otra felicitación en el buzón, en esta ocasión la imagen de un perro coloreado en acuarela impreso sobre una cartulina, una felicitación que tenía una enorme carga emocional puesto que Evelia había perdido por fallecimiento a su mascota no hace mucho tiempo. «Le llegó totalmente al corazón, como a todos nosotros. Y es que es tan bonito….», reconocía Clementina.
UN SECRETO DESVELADO. El caso es que Cubillas de Cerrato, un pequeño pueblo con 63 vecinos empadronados, aunque los fines de semana pueden alcanzar los 150 moradores y en verano hasta 500, ha vivido el último fin de semana paradójicamente en un sinvivir, ya que estuvo sumido entre la fascinación de un acontecimiento único como es el que sus habitantes reciban al unísono una felicitación navideña personalizada, lo que nunca había ocurrido hasta ahora, y el misterio de desconocer quién o quienes habían sido los autores de la idea puesta en marcha con total sigilo.
Sin embargo, a las pocas horas los vecinos conocieron todos los entresijos. El secreto fue desvelado. Susana Poncio, de 50 años, y su hija Carla, fueron las mentoras del proyecto que ellas mismas ejecutaron con el paso de los días.
Familia de Susana Poncio. Varios vecinos de Cubillas de Cerrato muestran las postales personalizadas de felicitación recibidas. - Foto: SARA MUNIOSGUREN«Mi hija y yo nos propusimos crear postales de Navidad para la familia pero se nos ocurrió que podíamos extenderlo entre los vecinos de Cubillas, una localidad que adoramos. En un principio, realizamos 30 postales, una por casa. Los motivos o dibujos no tienen mayor trascendencia porque los buscamos a través de Internet, si bien es verdad que en algunos casos los hemos escogido pensando en el vecino o vecina en cuestión», asegura a este periódico Susana Poncio, que habitualmente realiza sus labores profesionales en Valladolid y que, según explica, lleva 17 años con residencia en esta pequeña localidad del Cerrato donde la disfruta junto a su marido Jorge y sus hijos Carla y Sergio.
«Estoy muy emocionada por la repercusión que ha tenido este gesto, que para mí es muy inocente. Las reacciones han sido tan buenas que no me lo esperaba. De hecho, me encantan los mensajes que estoy recibiendo. Es muy reconfortante ver tanto agradecimiento; es una alegría comprobar cómo un pequeño detalle que hemos realizado en varias tardes de entretenimiento ha creado tanta emoción en sus corazones», apunta Susana.
Y no es para menos. La totalidad de los vecinos de Cubillas de Cerrato tilda a Susana y su familia de «celestiales», «maravillosos», «detallistas» o «solidarios» y, sobre todo, «queridos por todo el pueblo».
Familia de Susana Poncio. Varios vecinos de Cubillas de Cerrato muestran las postales personalizadas de felicitación recibidas. - Foto: SARA MUNIOSGURENEl alcalde de la localidad, Ramón Delgado, quien, por cierto, también recibió su correspondiente postal personalizada, no tiene mucho más añadir porque, en realidad, «Susana y los suyos se lo merecen todo», apostilla.
«Cuando hay fiestas o celebraciones en el pueblo Susana y su familia se desviven por todos, para que todo salga bien y para que no falte de nada. Son un ejemplo a seguir», reitera Ramón Delgado.
Cubillas de Cerrato, entre las notas de campana lanzadas en lo alto de la iglesia y el claxon intermitente del vehículo del panadero que hacía su entrada en el pueblo para realizar el reparto, dibujaba en la mañana de ayer una sonrisa muy distinta. Una familia había llegado al corazón de sus convecinos de la forma más humilde: con una postal personalizada.