La perversión humana alcanza su cumbre, cuando a sabiendas, se pierde la conciencia y la dignidad, y se desfigura el lugar en el mundo y en la sociedad a la que se pertenece, y se es seducido por la maldad de doctrinas mezquinas, surgidas del oportunismo antisocial, y en contra de la armonía y de la paz de las gentes.
El cinismo político nace en las ideologías reduccionistas, y en el ostracismo territorial de unas pocas regiones del mundo que sobreviven merced a la demagogia de sus pobres y utópicos soñadores, y del chovinismo que alienta su decadencia y defenestración social, harta de ideas y adoctrinamientos decrépitos y ajena a la realidad mayoritaria del mundo en que se vive.
Las consecuencias del cinismo político son devastadoras para las  naciones que tienen unas estructuras institucionales comprometidas con el bienestar social y la prosperidad, que cumplen sus objetivos sociales desde soluciones justas, y mantienen la paz en todos sus términos por encima de las veleidades del proselitismo ideológico, cuya ignorancia desfigura la actualidad, desde la inmoralidad de sus pensamientos y acciones.
Los políticos cínicos viven de los derechos y libertades de los países que aborrecen, y perciben asignaciones dinerarias de los parlamentos que no representan, constituyendo una afrenta al pueblo llano que no personifican. Tales políticos carecen de dignidad para renunciar a las retribuciones y al cargo que ocupan y marcharse a los lugares que dicen ser su país.
A tales políticos solo les importa hacer el mayor daño posible y en todos los ámbitos imaginables, creando a su alrededor todo el sufrimiento concebible. No les importa su llamado país, al que tienen sumido en el abandono, y la ignorancia a sus ciudadanos, sometidos a la mezquindad de sus políticas perversas y reduccionistas.
Animan la xenofobia más allá de los contornos de sus cortos límites geográficos, pero viven de las prebendas de la nación que les cobija y les sostiene. Son incapaces de renunciar a cuantos privilegios ostentan porque su escuela es la de los políticos bucaneros.
El cinismo político es una patología psicológica que aparece en las naciones democráticas plenas, cuando sus gobiernos están a merced del cinismo.