Fiel a los humedales palentinos

Sergio Borja
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Global Nature anilla y toma datos del carricerín cejudo en la laguna de La Nava de Fuentes con el objetivo de estudiar estas aves paresiformes en su migración hacia el sur del Sáhara

Fiel a los humedales palentinos - Foto: Óscar Navarro

El carricerín cejudo es una de las aves paseriformes más amenazadas de toda Europa continental. Solamente cría en Ucrania, Bielorrúsia y Polonia, pero en el transcurso de su viaje migratorio hacia tierras africanas para pasar la época invernal, hace parada obligatoria en el humedal de Fuentes de Nava, uno de los espacios del interior ibérico donde aprovecha para dar descanso a sus alas. Por ello, la Fundación Global Nature ha puesto en marcha del 3 al 28 de agosto un programa de voluntariado ambiental en ese humedal.

Se trata de una iniciativa organizada por sexto año consecutivo y ofrece a los participantes la posibilidad de conocer directamente el valor de los ecosistemas más amenazados de todo el continente europeo como son los humedales y, en concreto, las lagunas de la comarca de Tierra de Campos ubicadas en los municipios de Fuentes de Nava, Boada y Pedraza, desecadas hace más de 50 años y recuperadas en las últimas décadas.

«El carricerín cejudo es muy escaso y se consigue capturar y anillar solamente dos o tres ejemplares en un día. Se trata de una especie muy común en estas lagunas», explica Carlos Zumalacárregui, técnico de Global Nature.

Fiel a los humedales palentinosFiel a los humedales palentinos - Foto: Óscar NavarroPara analizar esta especie se han colocado varias redes invisibles a la vista de las aves, denominadas de niebla, para que, al pasar, se queden atrapadas en ellas. Los responsables y voluntarios que se encuentran estos días en la laguna se acercan cada hora y media a estos espacios naturales para comprobar si alguna ave enganchada allí.

«Tanto los técnicos de Global Nature como los voluntarios que se unen cada semana dormimos en un albergue en Fuentes de Nava y de domingo a viernes madrugamos para desplegar las redes», explica Zumalacárregui. «Después bajamos de nuevo al pueblo a desayunar y a la hora y media regresamos a la laguna para extraer los pájaros que caen allí», expresa el técnico.

Más tarde se clasifican las capturas según la especie y se depositan en los llamados colectores individuales y pasan luego a la estación de anillamiento para su estudio. «Trabajamos en las primeras luces del día hasta antes de comer, desde las 7 de la mañana hasta las 12, más o menos. Según va avanzando el verano vamos retrasando un poco el comienzo de las actividades. Cada hora y media visitamos las redes de niebla, cogemos las aves y las traemos aquí. Se anillan, se procesan, se toman todos los datos y se van liberando una a una», comenta David Miguélez, otro de los técnicos de la Fundación Global Nature. Al día se suelen anillar «más o menos 50 pájaros».

Fiel a los humedales palentinosFiel a los humedales palentinos - Foto: Óscar Navarro«El proceso de anillamiento consiste en poner una numeración, algo parecido a un DNI. Tomamos las medidas pertinentes y pesamos las aves. Queremos estudiarl mejor la especie y el análisis que llevamos a cabo es para ver qué tipo de pájaros utilizan la laguna de La Nava durante las migraciones. Se intenta interpretar qué especies pasan más, las que lo hacen menos y, dentro de cada una de ellas, si pasan adultos o jóvenes y cómo están de musculatura, de peso... También nos centramos en el pájaro estrella de la laguna, el paseriforme más amenazado, el carricerín cejudo, aunque es una especie muy escasa y muy amenazada», dice Miguélez.

La labor que hace Zumalacárregui, su equipo y todos los voluntarios que participan en este programa es muy importante, ya que se ha logrado que el carricerín cejudo «se ponga en el mapa y, con esto, se pueda controlar por dónde está y por donde pasa». «Si estas lagunas y humedales no existieran en la provincia, esta ave no pasaría nunca por aquí», asegura el técnico. Y es que esta especie es migratoria. «Viaja desde los países del este de Europa, donde cría, y va hasta el sur del Sáhara, donde pasará el invierno», asegura Miguélez. Es un ave habitual en estas tierras ya que «año tras año visita estos humedales», comenta el técnico. «Esta especie tiene fluctuaciones en sus crías. Hay años que le puede ir muy bien y cogemos más, y años en los que cría poco y se captura menos. Es algo bastante normal por esta zona», aclara Zumalacárregui.

Prácticas ganaderas. Las prácticas ganaderas que se realizan en la Nava favorecen la estancia del carricerín. «Los pocos ganaderos que hay por la zona se benefician del paso del ave ya que, para obtener pasto, introducen agua en determinadas zonas de la laguna y eso ayuda a que el carricerín se qude en la zona», tal y como indican los técnicos.

Este método de ganadería es fundamental para el paso de esta ave paseriforme. «La laguna de la Nava es un humedal mediterráneo que tiene que tener un estiaje en verano y las prácticas ganaderas fomentan la biodiversidad y favorecen al pájaro más amenazado en Europa continental», asegura.

Gracias a estas prácticas se ha conseguido «mantener la especie e, incluso, aumentar las parejas que están de paso por los humedales», alega. «Debido a este pequeño pájaro se pone en el mapa a la provincia de Palencia. Es nuestra ave más importante y una especie que a nivel europeo tiene una protección prioritaria. Año tras año nos deja rastrearla y os permite saber más sobre una especie tan escasa», indica Zumalacárregui.

Voluntariado. Otro de los aspectos clave en este proyecto ambiental en los últimos años es el voluntariado. «Lo financia la Obra Social de Caja Burgos y también se desarrolla en las provincias vallisoletana y burgalesa», comenta el técnico. «Todos los años presentamos la convocatoria y podemos dar alojamiento y manutención. Comenzamos el día 3 y seguiremos hasta el 28, de domingo a viernes, con un mínimo de tres particpantes», según comenta. En palabras de Sergio Delgado, voluntario del programa durante la semana, se trata de «un privilegio» quedarse allí ya que actualmente realiza un doctorado en el País Vasco sobre gaviotas y está «muy vinculado» con este mundo.