La comunidad dominica de Palencia se sumó ayer a la solemne apertura oficial del Año Jubilar con motivo del 800 aniversario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán y lo hizo con una misa presidida por el obispo de la Diócesis, Manuel Herrero, en la que se observaron en todo momento las medidas de aforo, higiene y seguridad impuestas por la pandemia del coronavirus.

El Año Jubilar, iniciado ayer, concluirá en la Epifanía de 2022. Serán doce meses para recordar la vida y obras del fundador de la Orden de Predicadores y su particular vinculación a Palencia. 

El tema de la conmemoración es En la mesa con Santo Domingo y, como explicó al diario Avvenire el maestro de la Orden, el filipino Gerard Francisco Timoner, plantea en qué modo su ejemplo «nos inspira y anima a compartir nuestra vida, nuestra fe, la esperanza y el amor, nuestros bienes espirituales y materiales para que otros puedan ser nutridos en esta misma mesa».

EMPRENDEDOR INFATIGABLE. Domingo de Guzmán nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en una familia creyente y de alta cuna, emparentada con reyes de Castilla, León, Aragón, Navarra y Portugal. Durante siete años fue educado por su tío, el arcipreste Gonzalo de Aza, y a los 14 años vino a Palencia, donde estudió seis cursos de Artes (Humanidades superiores y Filosofía) y cuatro de Teología. Además fue profesor otros cuatro años en el Estudio General de Palencia, que cabe considerar la primera universidad española.

Se hizo canónigo regular en la catedral de Osma en 1190 y, un año después, vende sus libro para aliviar el hambre de los pobres. En sus viajes por Europa conoce los estragos de la herejía albigense y se convierte en predicador infatigable de la verdad, lo que derivaría en la fundación de la Orden en 1216. En 1221, después de abrir más de 60 comunidades, muere en Bolonia tras una breve enfermedad.