Rafa Nadal anunció ayer que renuncia a jugar el torneo Masters 1.000 de Montreal, que se celebrará entre el 5 y el 14 de agosto, debido a unas «pequeñas molestias» que sufrió cuando practicaba el movimiento del servicio.

«Desde los días de vacaciones y mi posterior reincorporación a los entrenamientos todo ha ido bien estas semanas en lo que a entrenamientos y preparación se refiere», explicó el balear en un comunicado remitido en sus redes sociales.

«Hace cuatro días que empecé también a practicar el servicio y el jueves, tras el entrenamiento, tuve una pequeña molestia que ayer seguía ahí. Hemos decidido no viajar a Montreal y proseguir con los entrenamientos sin forzar», añadió el ganador de 22 trofeos de Grand Slam.

El manacorí, actual 'número cuatro' en el 'ranking' ATP, señaló que debe ser «prudente a estas alturas y pensar en la salud», en alusión al cúmulo de lesiones que ha sufrido en los últimos años y que esta temporada ya le han llevado a perderse citas tan importantes como la ronda de semifinales de Wimbledon.

No obstante, se mostró optimista: «Espero volver a jugar en Montreal, un torneo que me encanta y que he ganado en cinco ocasiones ante un público que siempre me acogió con mucho cariño. Agradezco de corazón al director del campeonato, Eugène (Lapierre) y todo su equipo por la compresión y apoyo que siempre me han mostrado y esta vez no ha sido una excepción», finalizó el mallorquín. 

El balear, de esta forma, toma de nuevo una decisión conservadora que está influenciada por la disputa del último 'grande' de la temporada, el Abierto de Estados Unidos, que se disputará desde el 29 de agosto hasta el 11 de septiembre y que podría suponer sumar su tercer Grand Slam del año y el 23º en su cuenta particular.

Sin opción a repetir

De esta forma, Nadal no podrá repetir la hazaña que consiguió en 2019, donde encadenó dos victorias consecutivas en el Masters 1.000 de Montreal y el US Open.

El de Manacor se citó en aquella final con un Daniil Medvedev al que derrotó con solvencia (6-3 y 6-0). El ruso no le puso las cosas tan fáciles tan solo unas semanas después, ya que ambos se volvieron a ver las caras en el partido definitivo del Abierto de Estados Unidos.

Aquella noche, el español firmó una de sus obras más recordadas en un duelo que se tuvo que decidir en la última manga después de que Medvedev igualara las cosas en la tercera y cuarta.