¿Dónde acaba el barrio del Ave María y empieza el del Cristo? Muchos palentinos responderán que es la avenida de Derechos Humanos la que delimita ambos barrios. Sin embargo, no es así, y son ya varios los ciudadanos que, a través de la Asociación de Vecinos del Ave María, han mostrado su disconformidad con que se considere a quienes residen en las calles de Miguel de Benavides, Clara Campoamor y Los Surcos como parte del barrio del Cristo.

«Históricamente, la división la marca la acequia», se encarga de aclarar el presidente del barrio del Ave María, Cesáreo Frechilla, que reconoce que «hay gente que está muy quemada con este asunto».

«Todo es culpa del Ayuntamiento, que en la distribución de la ciudad por barrios que realizó y que publica en su página web llevó el límite del Ave María por la calle del Doctor García Barón y la avenida de Derechos Humanos», explica el presidente vecinal.

A pesar de tratarse de una cuestión menor y que no desembocará en una guerra vecinal, la asociación comenta que sí afecta a pequeños detalles que están soliviantando a algunos vecinos. Por ejemplo, cartas enviadas en las que se hace referencia a que son vecinos del Cristo o en las comuniones, ya que los menores que viven en estas calles se les asigna a la parroquia del barrio vecino en vez de la del Ave María. 

Frechilla insiste en que es el camino que discurre entre el pabellón de Mariano Haro, que está en el Cristo, y las pistas de pádel, que están en el Ave María, el que delimita el barrio. Además, recuerda que la asociación ya obligó al Ayuntamiento a cambiar el nombre del nuevo parque porque quisieron denominarlo «del Barredo Viejo». 

El barrio pide a la diócesis un párroco tras la jubilación del padre Eulogio

La Asociación de Vecinos también pide a la diócesis que nombre un sustituto, y que desde la jubilación del párroco  de la iglesia de Santa María Estela, Eulogio Poza, es el del barrio del Cristo el que oficia las misas en el Ave María. «¿También tenemos que depender del Cristo para las misas?», se pregunta el presidente, Cesáreo Frechilla, que recoge el malestar de muchos feligreses, y es que «en el barrio va mucha gente a la iglesia y se extraña por estas cosas».