Iniciada la causa para canonizar al padre José Luis Gago

DP
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La iglesia conventual de San Pablo, en Valladolid, acogió la apertura de la causa sobre el fraile dominico y periodista

Iniciada la causa para canonizar al padre José Luis Gago

La iglesia conventual de San Pablo, en Valladolid, acogió ayer la apertura de la causa de canonización del fraile dominico y periodista José Luis Gago, director del programa Pueblo de Dios en TVE y consejero y director general de la Cadena COPE durante años. 

El acto solemne constituye el inicio oficial del proceso con la fase diocesana, a la que seguirá  una apostólica en Roma. Al mismo, presidido por Ricardo Blázquez, asistió la postuladora de la causa, Alejandra Torres; el secretario canciller del Arzobispado, Francisco Javier Mínguez, que dio lectura a los documentos y fe del acto, y los miembros del tribunal designados por el arzobispo -los miembros del Tribunal Eclesiástico: José Andrés Cabrerizo, Grzegorz Lonski y Jesús Alberto Bogónez-, que jurarán su cargo.

Se tratará de un acto público al que también está previsto que asistan los peritos históricos el profesor titular de la Uva Javier Burrieza; la doctora en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU Elsa González, y el profesor de Historia de Iglesia Antigua y Medieval en la Universidad Pontificia de Salamanca José Antonio Calvo.

El fraile dominico y periodista, conocido como Padre Gago, nació en Palencia en 1934 y falleció en Valladolid en 2012. Fue prior de San Pablo en cuatro ocasiones, primero en los años 70 y a su vuelta definitiva a Valladolid, en 2002. Director de Radio Popular en Palencia y Valladolid, se trasladó a Madrid, donde acabó desempeñando el cargo de director general de la cadena. Según los que le conocieron, Gago fue un hombre «inteligente, pero humilde, evangelizador de las ondas y sobre todo bueno». Falleció tras cuatro años de mieloma múltiple.

Fue el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, quien en septiembre de 2020 remitió a la Congregación para las Causas de los Santos el decreto de aceptación del libelo de demanda; es decir, documentos históricos, escritos y testimonios sobre la fama de santidad del «próximo siervo de Dios», aportados por los distintos promotores.