Imanol Solabre se convertía esta semana en el primer fichaje del Pizzería La Nonna Balopal de cara a la próxima campaña, de nuevo en una Primera Nacional en la que el jugador natural de Villava (Navarra) ya participó en la 2018-19.
El navarro no disputó competición oficial esta temporada, pues se encontraba viviendo en Guimaraes (Portugal), durante su tercer curso de CAFD (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) como estudiante de Erasmus de la UEMC de Valladolid. Logró volver «justo antes del confinamiento, a Pamplona, luego cerraron las fronteras y al menos me pilló en casa», recuerda el deportista.
Un jugador «muy ilusionado, muy contento», con su fichaje por el equipo palentino, donde entrenará a las órdenes de una leyenda del balonmano como Fernando Hernández («solo su llamada ya te motiva») y al lado de Javi Sanz («nos llevamos muy bien»), con el que ya coincidió en la 2018-19 en el CD BM Delicias «y en la Universidad, estudiamos lo mismo, él un curso más, y jugamos el Trofeo Rector. Hicimos muy buenas migas y jugando estamos cómodos en la pista».
De manera que no habrá secretos en el juego de la primera línea del Balopal (también coincidió con Colías, otro de los destacados de la pasada campaña en los palentinos, en el At. Valladolid, y en el trofeo universitario).
El villavés (paisano de ilustres del deporte como el mito del ciclismo Miguel Indurain o el exportero internacional Iñaki Malumbres) se inició en la cantera del CDBeti Onak en edad alevín «y el primer año que jugué ganamos la Liga y la Copa, y dije, este va a ser mi deporte [risas]. Jugué con la selección navarra a medida que crecía, menos en el campeonato juvenil, porque me rompí la muñeca. Siempre en el mismo equipo, con el que llegué a jugar en Primera Nacional [en la 2016-17 disputó siete encuentros, donde anotó siete goles]. Hasta que me fui a la Universidad y desde el club hablaron con Malumbres, que entrenaba al Atlético Valladolid y jugué allí un año». En su llegada a tierras pucelanas (curso 17-18) compaginó la Provincial vallisoletana (donde fue segundo máximo goleador de la competición, con 7,7 tantos de media) con la Segunda de Castilla y León, donde su club era rival del Balopal (jugó el enfrentamiento de la segunda vuelta, 24-29 para los palentinos, pese a sus cinco dianas). Allí disputó 13 partidos y marcó 29 goles.
Y entre Segunda y Primera Nacional jugó con el Delicias el curso 18-19 (49 tantos en 25 encuentros de Primera; 75 en 13 de Segunda). Volvía a ser rival de La Nonna de nuevo solo en su feudo (24-33 para los palentinos, con tres goles de Imanol). En la 19-20 se ha mantenido en forma entrenando esporádicamente con un equipo de la localidad de Fafe, cercana a Guimaraes.
Solabre es un jugador completo, diestro de mano, que donde mejor se desenvuelve es en el lateral izquierdo: «puedo cumplir en todo, la defensa me gusta en el dos o también he llegado a hacerlo en el tres. Y en ataque, quizá soy más lanzador».
Llega con muchas ganas a un equipo que en su estreno en Primera lo hizo «muy bien. Para cualquier recién ascendido el objetivo es quedarse en la liga y eso lo han superado con éxito».Y para la 20-21, «si puede ser, mejor que la anterior. El objetivo, cuanto más alto mejor», dentro de una competición «muy atractiva, porque te enfrentas a equipos muy serios, a mí me gusta mucho».
Por último, su agradecimiento al club por el fichaje: «de esto no voy a vivir, pero que se preocupen por ficharme yo lo agradezco mucho». Y un compromiso: «darlo todo por esos colores».
NEVARES, RENOVADO. El pivote Ignacio Nevares (23 años) ha sido el último en sumarse a la plantilla, confirmando su continuidad.
Junto al baluarte en el cierre de la defensa (que ha pasado por todas las categorías del club), Fernando Hernández contará otro año más con Javier Sanz, David del Pico, Pablo Rodríguez, Íker Rodríguez, Néstor García, Hamza Bousmaha, Pablo Herrero, Mario Lanchares, Arturo Barcenilla y Adrián Prada.