Vuelve el ocio activo que reconforta en compañía

J. Benito Iglesias
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Los centros de día para mayores de La Puebla y San Juanillo retoman el pulso después de 15 duros meses de cierre por la pandemia

Vuelve el ocio activo que reconforta en compañía - Foto: Sara Muniosguren

Había ganas de recobrar esa capacidad de socializar, recibir afecto, compartir actividades lúdicas y, en suma, acompañar y estar acompañados. Todo eso lo transmitieron ayer los primeros usuarios de los centros de día municipales para mayores en los barrios de La Puebla y San Juanillo 15 meses después de que la pandemia les impidiera desarrollar ese ocio activo con el ocupan una buena parte de su devenir diario, recuperando un hábitat en el que se desenvuelven con facilidad y tratan de poner vida a sus años.

La reapertura de ambos centros  sociales se lleva a cabo tras las consultas pertinentes de la Concejalía de Bienestar Social a la Junta de Castilla y León en torno a las condiciones de los diferentes servicios que se prestan en ellos para ofrecer  las máximas garantías sanitarias, y posibilitar el trabajo de las empresas encargadas de prestarlos.

En base a esas consultas, los recursos sociales disponibles, junto al trabajo que se realiza en las sedes de distintas asociaciones, así como las salas de lectura y el servicio de podología -que comienza hoy con los primeros usuarios con cita previa- vuelven a estar activos. Mientras tanto, el espacio de peluquería en ambos centros y el de cafetería en La Puebla arrancarán el 1 de julio, para dar un margen necesario a todo lo relativo a los contratos del personal contratado. Las clases y cursos aún deberán esperar un tiempo.

Vuelve el ocio activo que reconforta en compañíaVuelve el ocio activo que reconforta en compañía - Foto: Sara MuniosgurenEl de ayer fue un día muy especial para tres ávidos lectores, con fuertes lazos de amistad y vecindad sustentados en el barrio de La Puebla. Tienen 81, 79 y 77 años respectivamente, y a diario frecuentan la sala de lectura para ponerse al día con la prensa y -ocasionalmente con algún libro de la biblioteca- en un centro de día que bien podría ser su segunda casa al pasar en él un buen rato cada mañana.

El más veterano, José María Monzón, reconoce que «hace varios años el encuentro aquí es habitual y se echaba mucho de menos», al tiempo que apunta que en su caso quizás más si cabe, ya que estuvo residiendo fuera de Palencia un tiempo largo. «Hay clases de inglés, música y otras actividades, lo que supone una buena forma de conocer otras personas y charlar en un ambiente agradable que ayuda mucho a ocupar el tiempo libre», expone.

Por su parte, Florencio Soto reitera el deseo del grupo de amigos de reencontrarse y compartir aficiones. «Este es nuestro principal lugar de reunión y esparcimiento para poder leer y comentar noticias  y luego salimos un rato a dar un paseo. En mi caso hice mucha montaña y ocasionalmente acudo a alguna salida, pero cada vez menos porque la edad ya no te lo permite», dice.

Completa el trío de amigos Carlos González, que saca a relucir su espíritu reivindicativo con un pequeño tirón de orejas a los políticos y en este caso al alcalde, Mario Simón. «Es necesario comprar más periódicos porque habitualmente nos reunimos varias personas en el centro y no hay para todos. No supone mucho gasto y nos ayuda a ponernos al corriente de lo que pasa en la ciudad, España y el mundo, aunque a veces sea mejor ni leer ni escuchar noticias», señala esbozando una sonrisa.

el día a a día en la Puebla. Milagros Santos, responsable del centro de día de La Puebla, explica que «emociona» poder volver a la normalidad. «Poco a poco vamos a retomar todo y una parte de los 800 usuarios que pasan cada año no han parado de llamar  y nos paraban por la calle para preguntar por la reapertura. Tenemos más de 30 actividades programadas y las más demandas son la deportivas, junto a las clases de arte, historia, pintura y tai-chi, entre otras», apunta.

La coordinadora de centros de mayores, Cristina Alves señala que había ilusión y ganas de volver. «La pandemia es muy dura para un colectivo vulnerable de mucha gente sola que comía aquí. Por ello, se generó aislamiento, ya que socializar y salir de casa para ellos es todo. En verano la población suele ir al pueblo pero se dará servicio y, en el caso de la cafetería, se servirá comida a domicilio», asevera.