Mirar al cielo

Jesús Hoyos
-

Tras pasar por los departamentos civil y militar del gigante Airbus, el ingeniero aeroespacial palentino Álvaro Sánchez Olavarrieta -también interesado en la economía- espera encontrar más oportunidades en el sector

Mirar al cielo

Desde que montó en avión por primera vez a los 5 años, no ha parado de mirar al cielo. A Álvaro Sánchez Olavarrieta le apasiona el mundo de la aeronáutica; en concreto, entender cómo funcionan las aeronaves.

«Era mi motivación desde pequeño», comenta. Por ello, dejó Palencia para estudiar Ingeniería Aeroespacial en Madrid. Una carrera que es «como los Juegos del Hambre. Aprendes a sobrevivir, es durísima porque allí se juntan los mejores de España». Dedicarse «en cuerpo y alma» le ha abierto muchas puertas. Entre ellas, las del gigante Airbus, el fabricante que lidera el mercado mundial de aviones comerciales y de Defensa junto a Boeing.

«Siento Airbus como mi casa», subraya Sánchez, de 29 años, que ha trabajado en la empresa en dos ocasiones. Previamente, eso sí, cursó un máster con especialización en vehículos espaciales y en el funcionamiento de la física fuera del planeta y en la estación espacial. Realizó sus prácticas en Inmapa-Aeronáutica, en Palencia, donde trabajó en digitalización y automatismos.

Toda esa experiencia le proporcionó varias becas, entre ellas la de Airbus, en Getafe. «El grado de exigencia y preparación para entrar es alto y trabajar allí es una responsabilidad», explica. Se incorporó al departamento de futuros proyectos militares. «Se gestiona cómo van a ser los diseños preliminares de aeronaves y plataformas a diez años vista. Yo trabajé en el análisis del modelo A400M, diseñado con ingeniería española», señala. Sánchez incide en que se invierte mucho dinero en nuevas tecnologías y en lo «apasionante» que es ver cómo se desarrolla a nivel nacional.

No tuvo la oportunidad de continuar tras un año de beca, pero sí le ofrecieron entrar en un máster propio de ingeniería de sistemas. «Se trata de relacionar los sistemas del avión y tener una visión más global;así puedes ver qué hace cada departamento», comenta el joven palentino.

En las prácticas regresó a Airbus, esta vez en la parte civil y comercial. En concreto, en un laboratorio de innovación llamado ProtoSpace, donde trabajó en proyectos de diferente índole, como un reloj para monitorizar constantes vitales del piloto y una tecnología para que el avión tenga consciencia y pueda tomar decisiones propias en caso de problemas; así como una aplicación para agilizar procesos de recursos humanos de la propia Airbus. 

Sánchez, que disfruta en su tiempo libre de deportes como el golf, el esquí o el kitesurf, subraya la forma de involucrar a los jóvenes como gente «motivada e interesada en aprender». Debido a la tradición española de fabricar aviones de transporte militar y cazas, la ingeniería tiene más presencia en este sector. «Optaría por trabajar en Defensa», expresa, aunque asegura que los procesos son muy diferentes. «En lo civil buscas optimizar el consumo de combustible y el número de pasajeros y en lo militar te preocupas de que la misión se lleve a cabo», aclara.

De forma paralela al aeroespacial, ha trabajado el ámbito económico al estudiar por su cuenta en la UNED. «Estoy desarrollando con unos compañeros una plataforma que permite probar estrategias de inversión y evaluar resultados basándose en parámetros técnicos», explica. Y es que esta faceta también la ha explotado en sendos programas de desarrollo de talentos jóvenes de BBVA y Banco Santander. En ellos, ha aplicado la ciencia de datos para mejorar herramientas internas y funcionalidades tecnológicas de los bancos. 

En el futuro no descarta dedicarse a esa herramienta de inversión y formar una start-up. «Tenemos mucha ilusión pero tiene mucho riesgo», reconoce. En todo caso, su interés principal se mantiene arriba, en el cielo, donde espera encontrar nuevas oportunidades.