Jesús Ortega puso ayer fin a 18 años como presidente de la Federación de Jubilados y Pensionistas, dando el relevo a María Soledad Calleja, que toma las riendas de un colectivo que aglutina asociaciones en muchos pueblos de la provincia. Así se acordó en la asamblea celebrada ayer en el centro cultural, donde Jesús Ortega fue despedido con aplausos.

«Ha sido un tiempo fenomenal, en el que he tenido apoyo, ayuda y comprensión incluso en los momentos difíciles. Me he entregado a tope y tanto yo como la directiva se ha vaciado por y para las asociaciones», aseveró Ortega.

El último informe que dio el presidente de la Federación de Jubilados y Pensionista fue, como lo ha sido siempre, crítico. «El principal problema que padecemos en el medio rural, tanto los mayores como el resto de la población, es la falta de servicios médicos. Es una vergüenza que los pueblos se estén abandonando, más aún con lo listos que son los políticos para subirse el sueldo», sostuvo. En este sentido, su última propuesta fue la de emprender una recogida de firmas en todos los municipios para reclamar la mejora de la atención médica.

La «demencial» subida de los precios y su impacto tanto en la cesta de la compra como en los carburantes fue otro de los temas que abordó en su despedida. La nueva presidenta, María Soledad Calleja, solicitó la colaboración de todas las asociaciones y anunció que una de sus primeras medidas será la de ser reivindicativa con las entidades bancarias para que, ante el cierre de sucursales, garanticen la presencia de un autobús que preste servicios o la ampliación de los horarios de oficina.