Mediado el primer mes del año, entramos en una semana de arraigadas tradiciones festivas rurales. Comienzan con San Antonio Abad o, familiarmente, San Antón, como patrono de los animales y siguen los santos Canuto, Sebastián, Inés o Vicente y Fructuoso mártires. El arte sacro representa a este santo con un cerdo a sus pies, en la peana. Según algunos especialistas en hagiografías ese cerdo representa a los demonios que fue capaz de someter. Otros dicen que el Santo se encontró con una cerda y su lechón enfermo, les bendijo y logró curarles. Desde tiempo inmemorial se encendían velas a San Antón para proteger la granja familiar y la dependencia del cerdo para llenar la despensa para el año. 
Para entender la devoción a San Antón hay que recordar la importancia de caballos, mulas y asnos. Animales indispensables para los trabajos del campo o el transporte de personas y mercancías, de modo que los dueños de los animales los bendecían en busca de protección de enfermedades o accidentes durante todo el año. Entonces los campesinos o arrieros cepillaban sus animales y preparaban para llevarlos a bendecir. Esta acción se solía hacer, por norma general, delante de la iglesia. Dicen que este año, los refranes y versolaris en las fiestas de San Antón va a tener un protagonista porque rima con Garzón. No sé si el sectarismo de algunos va a sustituirle por San Antón por aquello del bienestar animal, con el lío que han montado con unas políticas conservacionistas y más 'istas'.
En España y en Europa se compatibilizan dos modelos de producción ganadera: la extensiva y la intensiva. La primera está supeditada a la tierra y al aprovechamiento de pastizales, un atavismo desde que el hombre domesticó a los animales y que pervive allí donde contribuyen a la mejora de ecosistemas y limpieza de monte, humedales o dehesa. La ganadería intensiva es un reflejo de la sociedad del bienestar del siglo XX que ha permitido acercar la nutrición a las capas sociales más humildes y está contribuyendo a la difícil tarea de erradicar hambre en el mundo. Los ganaderos cuidan y alimentan al ganado según las normas estrictas de bienestar animal.