El sueño empresarial familiar de CMP, que nació en 2006 con un pequeño taller centrado exclusivamente en fabricar piezas de mecano-soldadura con una plantilla de 13 personas, ha experimentado en estos quince años un importante crecimiento gradual hasta llegar a trabajar directamente con los grandes constructores ferroviarios.

«Somos la primera generación familiar. Todo empezó como una empresa de suministro de material de soldadura y maquinaria a nivel industrial, pero luego nos pusimos a fabricar piezas de soldadura, que es algo totalmente distinto. Aquí estamos tres hermanos con una apuesta clara por la innovación y la tecnología, ya que o te adaptas a lo que te pide el mercado o te quedas en el camino», asevera Víctor Calvo, director general de CMP.

Desde 2017, una vez que la compañía palentina se especializó como taller certificado en soldadura EN15085 y teniendo en cuenta que existía un número bastante limitado de empresas a nivel nacional con este tipo de sello productivo de calidad, ha dado un salto cualitativo en capacidad de fabricación, facturación y generación de empleo.

«También atendemos y echamos una mano a clientes locales, cuya demanda es diferente, pasando por piezas de láser, montaje, soldadura o pintura. Es un trabajo que complementa al de la línea ferroviaria y que se atiende puntualmente dando respuesta a empresas de la zona de los sectores de automoción y aeronáutica», concreta.

La empresa ha hecho un gran esfuerzo inversor para ampliar su proyecto de futuro y poder contar con unas amplias y modernas instalaciones, trasladándose desde la capital a Villamuriel y creando para ello 30 nuevos puestos de trabajo. «Estamos intentando acceder a las ayudas dentro de los incentivos regionales a través del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León, que depende de la Consejería de Economía y Hacienda. Solicitado está y ahora habrá que esperar a la resolución», concluye el directivo de CMP.