Editorial

Una veintena de pymes mantiene vivo el espíritu de Explosivos en Guardo

DP
-

/ Editorial

Poco o nada tienen que ver con el volumen de producción y de empleo y con la importante repercusión económica a nivel local, provincial y nacional que llegó a tener el extinto complejo fabril de Explosivos en Guardo, pero mantienen viva su memoria al haber ocupado con una actividad diversificada buena parte del espacio que ocupó entre 1942 y 2007. La localidad vivió décadas de auténtico esplendor asentado sobre la minería del carbón y la industria electroquímica, tan es así que la paulatina desaparición de la primera, el cierre de la segunda y, más recientemente, el desmantelamiento de la central térmica de la vecina Velilla del Río Carrión, que había asumido parte de la plantilla y de la actividad, pudieron haberla abocado a una lenta agonía y a la muerte final. 

Por suerte, el empeño de la veintena de empresas asentadas en el polígono industrial de Erkimia, que ocupa buena parte de los terrenos del antiguo complejo fabril, no solo garantiza ciento cincuenta puestos de trabajo, sino que es además un balón de oxígeno para Guardo y su comarca. No cabe la comparación con las mejores épocas de Explosivos, cuando empleaba a seiscientas personas en la fabricación de decenas de productos químicos que surtía a industrias de toda España y para lo que consumía la energía suministrada por las centrales hidroeléctricas de Camporredondo y La Requejada, pero es una salida dignísima y honrosa. No solo rinde tributo, aunque sea parcial, al espíritu del proyecto iniciado en la década de los cuarenta del pasado siglo, sino que además abarca una amplia cartera de servicios, que va desde el reciclado de neumáticos de Renecal y la revalorización de cenizas de EAC, por volumen de operarios, a pequeñas firmas de ebanistería, marmolería, carpintería o fontanería, pasando por excavaciones, fabricación de muebles o constructoras.

Que Guardo ya no es lo que era, nadie lo pone en duda; que se ha visto obligado a diversificar su actividad y los focos de interés, tampoco; como es cierto, y de obligado cumplimiento, que tiene que aprovechar al máximo cuanto pueda recibir de los fondos vinculados a la llamada Transición Justa; que está obligado a seguir adelante con una reconversión imprescindible y que tiene en el turismo y en la cultura dos ámbitos a explotar y a divulgar para obtener rendimientos económicos y también sociales. Pero no lo es menos que ha de cuidar a esas empresas que ocupan el sesenta por ciento del polígono de Erkimia, al igual que las instaladas en los otros dos polígonos industriales. No es obligación exclusiva de Guardo, por supuesto, pero si quiere mantenerse fiel a una historia de enormes fortalezas, tiene más razones para ello.