Aguilar de Campoo era un pueblo de apenas 1.500 habitantes (cinco veces menos que en la actualidad) cuando el confitero zamorano José Gullón Barrios fundó la compañía allá por el año 1892. Aquel fue el germen de una industria que dio fama y popularidad a la localidad teniendo como principal materia prima el excelente trigo de Tierra de Campos y el azúcar que llegaba desde el puerto de Santander.

Durante la Guerra Civil, a pesar de las graves dificultades por las que atravesó el país, Galletas Gullón consiguió mantener sus niveles de producción y asegurar un abastecimiento gracias a su situación estratégica en una de las zonas de mayor producción de trigo.

En 1950 comenzó un proceso de diversificación de los productos tradicionales con el lanzamiento de las galletas María y Tostada dorada, los barquillos y rosquillas bañadas en chocolate y las pastas. Un hito al que habría que sumar, en 1986, la primera galleta integral, lo que dio lugar a la creación del segmento galleta-saludable hasta entonces inexistente en España.

Es en esa época (1983) cuando María Teresa Rodríguez toma el mando de la compañía tras el fallecimiento en accidente de tráfico de su esposo, Manuel Gullón.

En 2002 lanzó la línea Diet Nature Sin Azúcar (apta para diabéticos), relanzada en 2021 bajo la denominación de ZERO.

En 2003 se inauguró la fábrica Gullón II, la planta más grande y automatizada en Europa en aquel momento con más de 100.000 m2 de superficie y con un almacén de 18.000 m2 con capacidad para 27.000 palets.

Gracias a la política de reinversión de beneficios y endeudamiento cero, la compañía puso en marcha, en 2010, la construcción de su planta VIDA, que fue inaugurada cinco años más tarde (2015). En la actualidad ocupa más de 50.000 m2 y supera los 100 millones de euros de inversión.

En 2018 celebró sus 125 años de historia, con la visita de Felipe VI. Un año después, en 2019, Lourdes Gullón asumió la presidencia.