Uno de los foros ciudadanos que concitó mayor interés y respaldo en las anteriores elecciones municipales fue la plataforma Hablemos de Palencia, que nació a principios de 2019. Más de 400 personas apoyaron con sus firmas su manifiesto fundacional. Aquel colectivo, que pretendió sentar las bases de un programa para mejorar Palencia, desapareció pocos meses después, mientras que sus conclusiones se integraron, en gran parte, en los programas electorales de Ganemos y Podemos.

Nada se supo de este colectivo hasta ayer, que anunció en sociedad que retoma su proyecto convencido de que «en Palencia hay ideas, experiencias y propuestas para mejorar sus expectativas de futuro». Hablamos de Palencia nace «con vocación de crear un espacio ciudadano libre, autónomo, sin patrocinios ni tutelas de organizaciones o instituciones de cualquier tipo», según explicaron los profesores Enrique Delgado y Diego Serrano.

El objetivo de este foro no es otro que «poner en marcha una herramienta de diálogo, participación e influencia para el diagnóstico y solución de aquellas cuestiones necesitadas de una alternativa superadora de las viejas recetas con las que, tradicionalmente, se ha pretendido, sin éxito, responder a las necesidades reales, presentes y futuras, de esta tierra».

«Queremos que las propuestas partan de la propia ciudadanía y situar en la agenda pública algunos debates vitales para la supervivencia de Palencia», detalleron los organizadores, poniendo como ejemplo la relación con el medio físico, natural y urbano; la movilidad sostenible, un modelo económico y territorial que genere oportunidades y fije población; la igualdad y cohesión social; o la cultura y participación y decisión de la ciudadanía en asuntos del gobierno local.

«El objetivo final es sentar las bases de un proyecto de ciudad que sea viable, inclusivo, ilusionante y abierto», sentenciaron. Para lograrlo, sus primeros pasos son sondear las preocupaciones más evidentes de los palentinos, y la celebración de una mesa redonda mañana, a las 19,30 horas y en la biblioteca pública, para debatir sobre si Palencia es una ciudad resignada.