«La demanda no va de árboles, va de política rastrera»

Carlos H. Sanz
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Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Palencia

«La demanda no va de árboles, va de política rastrera» - Foto: Juan Mellado

¿Por qué se vuelca de nuevo el Ayuntamiento en la integración del río y sus riberas en la ciudad?

Es una demanda generalizada de los palentinos para frenar la degradación ambiental que actualmente tiene el río, y para poner en valor las riberas para alcanzar el máximo aprovechamiento y su integración social.

Sin embargo, una plataforma les critica por querer «la eliminación de la vegetación de este ecosistema de ribera» y les ha demandado ante el juzgado 

Las actuaciones que se pretenden llevar a cabo se justifican con argumentos técnicos, sin ningún tipo de sesgo ideológico o político. Están basadas en la ciencia y no en una ideología porque los resultados pueden ser nefastos para el ecosistema.

Una política del nulo intervencionismo, que puede ser la idónea para parajes naturales, no sirve para una ribera urbana situada a menos de diez minutos a pie del centro de la ciudad, como es el privilegiado caso de Palencia. Existen tramos de la avenida de Castilla en los que nuestro río solo se intuye, y un monumento tan singular como Puentecillas queda oculto parcialmente por la vegetación esporádica que crece incluso arraigada a los muros de piedra anexos. 

Despejarlos de parte de la vegetación que ha crecido a su libre albedrío no es solamente recomendable, resulta absolutamente necesario. Palencia no puede dar la espalda al cauce que motivó su existencia y que resulta de una extraordinaria belleza.

 

¿Es posible conjugar la conservación natural con el urbanismo?

La conservación de los valores naturales de las riberas del río Carrión es una prioridad, que se debe conjugar con el mantenimiento, conservación y mejora de las intervenciones realizadas anteriormente en la creación de parques, instalaciones deportivas y resto de elementos urbanos, garantizando la seguridad de usuarios y la rentabilización de las inversiones públicas realizadas.

La mayor presencia de seres humanos implica priorizar los criterios de seguridad y habitabilidad propios de un hábitat urbano, frente a los propios de hábitat rústicos. Pretender el mismo tratamiento es propio de radicales ecologistas o simplemente de personas fundamentalistas e intransigentes que solo aplican sus normas y postulados con exclusión del resto.

La sostenibilidad de estos espacios públicos, entendida como aseguramiento de la continuidad y preservación y disfrute de un patrimonio de todos, depende de factores como el número de beneficiarios, los costes de generación del mismo, su vida útil y capacidad de autosostenerse. Una explotación ordenada y racional, que evite gastos extraordinarios, garantiza la preservación del bien. Un espacio público deteriorado tiende a ser abandonado por los usuarios.

¿Qué opina de la demanda presentada contra el Ayuntamiento?

Recomiendo a los colectivos y grupos políticos que están en contra de las actuaciones, especialmente las referidas a la tala de árboles, documentarse sobre el tema y ver fotografías, tanto antiguas como de las obras llevadas a cabo en 2004, con Heliodoro Gallego como alcalde.

Esto no va de árboles, va de política rastrera a la que nos tienen acostumbrados los enemigos de la democracia, tratando de imponer el criterio de minorías con artimañas, movilizaciones o denuncias contra lo que se ha discutido, modificado y aprobado por la mayoría.

Y todavía puede haber una motivación peor, recurrir a la justicia para sacar rédito político, tratando de entorpecer, retrasar e impedir que la Corporación actual saque adelante sus proyectos, a sabiendas de los informes favorables y con el refrendo de la ciudadanía.

¿Cree que se trata de una cuestión política?

Esta oposición radical lleva añadido un posible perjuicio económico, mermando la eficacia de los procedimientos administrativos municipales, cargando a la justicia con procedimientos inútiles. Cabe preguntarse si estos procedimientos, de resultar infructuosos, no merecen castigo por los perjuicios acarreados a la ciudadanía, o es quizás un coste que debemos asumir los ciudadanos por el juego político.

Es curioso cómo en 2004 no se recuerdan movilizaciones ni protestas de colectivos o grupos políticos, incluido el ahora activista, exdiputado y exsecretario general del PSOE de Palencia [en referencia a Juan Ramón Lagunilla, miembro de la Plataforma en Defensa del Arbolado] y la portavoz del grupo municipal de extrema izquierda [Sonia Ordóñez, de Ganemos] a pesar de que no dejó ni un solo ejemplar en la ribera del río.