La sequía favorece una cosecha de uva sana y de calidad

César Ceinos
-

Los empresarios de la provincia hacen un buen balance de una vendimia que volvió a adelantarse respecto a las fechas tradicionales. La subida de los costes fue el punto más negativo de la campaña

Imagen de archivo de una bodega de Palencia - Foto: Sara Muniosguren

Los bodegueros palentinos disponen de una gran materia prima para elaborar sus próximos vinos. Se trata, sin ninguna duda, del primer paso para poder hacer un vino que satisfaga a los paladares más exquisitos. La uva de la vendimia de 2022 se caracteriza principalmente por su elevada calidad, según aseguran varios de los empresarios del sector vitivinícola de la provincia. El único pero que ponen a esta cosecha, que volvió a anticiparse respecto a las fechas tradicionales, es el incremento de los gastos, que provocaron que esta labor fuera más cara.

En la Denominación de Origen (DO) Arlanza, el enólogo Rubén Montero, de Bodegas Valdesneros, de Torquemada, explica que su producción de uva este año rondará los 50.000 kilos, un dato muy similar a la registrada en la anterior vendimia. «La caída fue menor de lo que esperaba», matiza. Respecto a la calidad del producto, asegura que los frutos recogidos en el municipio torquemadense y en Quintanilla del Agua (Burgos) son «excelentes» y piensa que la calificación de la añada podrá ser merecedora del mismo calificativo. «Al ser un verano tan seco, sanitariamente fue un buen año. No hubo casi enfermedades y se dieron menos tratamientos en comparación con otros ejercicios», comenta Montero.

Muy cerca, en Palenzuela, el propietario de Pagos de Negredo, Jaime Primo, cifra en unos 150.000 kilos la cosecha de esta campaña. En este caso, la cantidad es levemente inferior, ya que en 2021 pudo sacar aproximadamente 30.000 kilos más de los viñedos ubicados en las inmediaciones de Torquemada, Villahán, Peral de Arlanza (Burgos), Quintana del Puente y la localidad palenzolana. Este descenso cuantitativo no vino ligado a una caída cualitativa, por lo que el balance de Primo es también muy positivo. «Han bajado los rendimientos porque las bayas son más pequeñas, pero la calidad es buenísima. Al no haber lluvias, no ha habido ningún hongo y la uva ha llegado totalmente sana», explicó el responsable de la bodega, que también forma parte de la DO situada en tierras palentinas y burgalesas y que cuenta con un Consejo Regulador con sede en Lerma (Burgos).

En la zona de Cigales, Amada de Salas, la responsable de la Bodega Remigio de Salas, de Dueñas, hace un comentario muy similar al pronunciado en el caso de Torquemada. «Se esperaba una vendimia de menor cantidad por las temperaturas altas, pero finalmente nos movemos en unos datos similares a 2021. Ha sido bastante mejor de lo previsto», manifestaron desde la ciudad eldanense. La cifra total ronda los 230.000 kilos de una materia definida inicialmente por De Salas como «excepcional» en el aspecto sanitario. «No hay ni una sola uva estropeada o podrida», añade. 

Por otro lado, también destaca que la meteorología ha acompañado durante la campaña de recogida de uva en los viñedos de Dueñas. «Lo normal es que haya alguna precipitación o incluso que aparezca algún rocío o heladas, pero este año no ha llovido nada», aseveran desde la única bodega incluida en la DO ubicada entre Palencia y Valladolid en torno al río Pisuerga y cuyo epicentro se sitúa en la localidad del alfoz pucelano que le da nombre.

MÁS ALLÁ DE LAS DENOMINACIONES. Fuera del territorio de las DO, pero también en la zona sur de la provincia, Miguel Ángel Gala, de Bodegas Barrialba, de Venta de Baños, dispone de 26.000 kilos para elaborar sus vinos, una cantidad más alta que en 2021, cuando tuvo únicamente 17 toneladas. A sus racimos, extraídos del municipio ferroviario, se suman otros de Tudela de Duero (Valladolid). La diferencia entre ambos ejercicios se produce porque el bodeguero adquirió más uvas procedentes de tierras vallisoletanas. Al igual que en los casos anteriores, el producto sobresale por sus buenas cualidades. «Los frutos eran de fotografía. Este año no se puede poner ninguna pega a la calidad», explica el encargado de esta bodega, que forma parte de la indicación geográfica protegida (IGP) Vino de la Tierra de Castilla y León.

También forma parte del distintivo de calidad autonómico la joven Bodega Carreprado, de Alba de Cerrato, que este año ha llevado a cabo su segunda vendimia. El género recogido, de «excelente calidad, muy sano y mejor que el año pasado», asciende a los 10.000 kilos, puesto que de un viñedo han pasado a tres. «Hemos aumentado nuestra capacidad de recolección para poder elaborar más vino», detalla su propietario, Álvaro Mélida, antes de reconocer que la uva cosechada en Alba de Cerrato y Cevico de la Torre es más pequeña que en su debut. 

SUBIDA DE LOS COSTES DE PRODUCCIÓN. En todos los casos, el capítulo negativo de la vendimia está protagonizado, al igual que ocurre en el resto de los sectores productivos de la provincia, por la inflación. Cortar la uva y llevarla a la bodega costó más dinero que en anteriores ejercicios. 

Prácticamente todos los palentinos conocen que la electricidad y el combustible son más caros que hace un año y los empresarios vitivinícolas, a su pesar, no iban a disponer de una exención. Primo, de Pagos de Negredo, cifra en un 40% el aumento del gasto energético. En términos parecidos se expresa Montero, de Bodegas Valdesneros. «Todo el transporte se hace con vehículos y el consumo de gasóleo estos días es elevado», comenta. Además, en varias bodegas aseguraron que el gasto en personal también fue más elevado, incluso durante labores previas como la poda.

De Salas admite que tendrá «que hacer números». «La uva viene con más incrementos, ya que para llegar hasta aquí lleva un cultivo de todo un año», asevera. Asimismo, en las bodegas también notaron el aumento del precio de otros productos totalmente necesarios para vender vino. Gala, de Bodegas Barrialba, vio como las botellas eran un 54% más caras. Para más inri, llegaron muy tarde y sufrió también la falta de materiales. «No había vidrio. Las pedí en el mes de febrero y llegaron a últimos de agosto», comenta.

La vendimia es solo una de las tareas necesarias para hacer vino. Todavía quedan más pasos. La uva recogida en las últimas semanas entró en las bodegas y tiempo después (eso depende de cada tipo de vino) llegará, ya transformada en caldo, al consumidor, bien a través de una tienda o bien solicitando una copa en un bar. 

En Pagos de Negredo explican que están muy agradecidos al público palentino que consume sus productos, mientras que Bodegas Valdesneros destaca que su vino se vende cerca de su origen y en países como Canadá y Holanda. Desde Dueñas, Remigio de Salas también vende tanto en territorio nacional como en otros países. 

Por su parte, Bodegas Barrialba explica que durante la pandemia «se vendió mucho por Internet» y Bodegas Carreprado ha decidido ampliar sus referencias. Pasa de tener dos a cuatro.