Dos años de Sánchez, de la censura a la alarma

M. Albilla - L. Ortiz
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El líder socialista cumple 24 meses en la Presidencia, a la que llegó tras vencer una moción contra Rajoy para la que se apoyó en unos socios que ahora ponen en riesgo una legislatura marcada por el coronavirus

Dos años de Sánchez, de la censura a la alarma - Foto: Juan Carlos Hidalgo

Pasaban dos minutos de las 11 de la mañana del 1 de junio de 2018, cuando, por primera vez en la Historia de la democracia española desde la Transición, una moción de censura conseguía derribar a un presidente del Gobierno. Mariano Rajoy cedía su poder acorralado por una sentencia judicial que condenaba al PP por el caso Gürtel y que fue aprovechada por la oposición para hacer caer al Gabinete popular gracias a la unión puntual de partidos tan dispares como PSOE, PNV, Podemos o ERC, entre otros. Apenas 24 horas después, el nuevo jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez, juraba su cargo ante el Rey, un trámite que el 7 de junio realizaron los ministros elegidos por el nuevo mandatario. 
Se cumplen, por tanto, dos años de la llegada al poder de aquel secretario general del PSOE que fue repudiado en 2016 por sus propios compañeros -en un Comité Federal en el que hubo insultos, lágrimas e intentos de pucherazo-, pero que resurgió de sus cenizas convenciendo a los militantes para recuperar el liderazgo del partido. Veinticuatro meses en los que se han ido sucediendo, sin solución de continuidad, hechos inéditos en el sistema parlamentario nacional. Casi todo lo que ha ido ocurriendo en cada jornada de este bienio podía llevar detrás el calificativo de histórico, desde el Congreso tumbando los primeros Presupuestos de Sánchez hasta la celebración de dos citas electorales en el mismo año (abril y noviembre de 2019), pasando por un Gobierno de coalición formado por dos fuerzas políticas (PSOEy Unidas Podemos). Un tobogán de acontecimientos insólitos que ha tenido su culminación en una pandemia mundial que aún mantiene al país en estado de alarma.
A pesar de esa concatenación de efemérides que algún día, no muy lejano, serán materia de examen para los estudiantes de los institutos de todo el territorio español, ha habido un elemento que ha acompañado al madrileño desde que se convirtió en inquilino de La Moncloa: la calculadora. Y es que, tanto en su primera etapa tras la moción de censura, como en los meses que estuvo en funciones y en la nueva legislatura en la que comparte Gabinete con los dirigentes morados, Sánchez ha tenido que lidiar con una exigua cantidad de diputados, muy alejada de la mayoría absoluta.


Pactos y alianzas

La fragmentación parlamentaria, con la irrupción incluso de nuevas fuerzas como Vox, ha obligado al presidente en estos dos años a ir sumando sus apoyos casi de uno en uno para superar cualquier trámite, desde los más importantes para el funcionamiento del país, como los Presupuestos (no ha llegado a gobernar aún con Cuentas propias, ya que siguen vigentes las que elaboró el popular Cristóbal Montoro) o ahora las prórrogas del estado de alarma; hasta las leyes o decretos más humildes. 
Una partida de ajedrez constante en la que, como lleva ocurriendo desde la Transición, sea cual sea el resultado final siempre acaba con el mismo ganador: el nacionalismo. Y es que, con un Ejecutivo en minoría numérica con respecto al total de los grupos de la oposición, formaciones como el PNV o ERC han convertido cada negociación en una especie de chantaje a un Gobierno atado de pies y manos por la geometría parlamentaria. Ante la amenaza de perder la partida, Sánchez no ha dudado incluso en ampliar la cartera de socios a formaciones como Bildu, traspasando una línea roja que jamás había cruzado un Ejecutivo central. Compañeros de viaje más o menos estables que tienen en sus manos una legislatura marcada para siempre por el coronavirus.

 

1- Casi un año en funciones
Pedro Sánchez logró desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa a través de una moción de censura, pero le costó más de un dolor de cabeza y unos cuantos meses convertirse en presidente del Gobierno de pleno derecho, ya que de los dos años que ha liderado el Gabinete, 11 meses ha estado en funciones.
Consiguió ser investido el 7 de enero de 2020 con apenas dos votos de margen en el que era su tercer intento personal de convertirse en jefe del Ejecutivo y tras obtener mayoría simple en la segunda votación en el Congreso de los Diputados. Para que el líder socialista lograra su objetivo y formara el primer Gobierno de coalición de la Historia reciente, fueron decisivas la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu. Con este hecho, el país cerraba una etapa política de gran inestabilidad y dos procesos de elecciones generales en el camino.

 

2- Mano a mano con Podemos
Del amor al odio hay un paso, y Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han sido el más vivo ejemplo de un romance que se torna pesadilla y al revés.
Todavía resuenan las palabras del socialista en el debate electoral previo a los comicios del 20-N asegurando que no podría dormir tranquilo si fuera presidente con ministros de Podemos. Sin embargo, a los pocos días despertó y fue él mismo quien llevó a Iglesias de la mano a una Vicepresencia a cambio de ser el inquilino de Moncloa. Se tuvo que tragar las hieles de sus declaraciones e, inmune a las críticas que arreciaron, rubricó el primer Gobierno de coalición desde la Transición con un abrazo. La perspectiva insoportable de unas terceras elecciones y de cargar con la responsabilidad de más bloqueo político terminó en esta alianza en la que el líder morado tiene hoy un peso insólito.

 

3- Los hilos del CIS
La trayectoria de Sánchez está salpicada de no pocas polémicas. El manejo que está haciendo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es una de ellas. Al frente de esta institución puso a dedo a José Félix Tezanos, un histórico del PSOE al que acusan de hacer las encuestas a medida del presidente del Gobierno. De hecho, no son pocos los expertos en sociología y análisis político que han estallado contra el controvertido barómetro y lamentan que la institución se haya convertido en el juguete roto del Ejecutivo.
Y es que desde que Tezanos está al frente del CIS no hay encuesta, pregunta o sondeo que no parezca teledirigido para gloria de Sánchez. Como ejemplo, el del mes de mayo, cuando justo la población, según el estudio, estaba inmensamente a favor del estado de alarma, de más confinamiento o del nuevo ingreso mínimo vital.

 

4- Y Franco ‘resucitó’
Ríos de tinta corrieron desde que Sánchez anunció que exhumaría los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos hasta que realmente lo hizo, superando todas las trabas jurídicas y con la familia del dictador en contra. 
En una ceremonia privada, a puerta cerrada y sin honores, aunque televisada en directo por la televisión pública, el 24 de octubre de 2019 pasará a la Historia porque desde esa jornada Franco reposa en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Sánchez hizo una declaración institucional para destacar que se había puesto fin a lo que era un «agravio» para la democracia: «España cumple consigo misma. Se pone fin a una afrenta moral como es la exaltación de un dictador en un espacio público».

 

5- Con los presupuestos prorrogados de Montoro
Los Presupuestos Duracell llaman a los del último ministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, que poco se imaginaría cuando logró sacarlos adelante en 2018 que iban a seguir vigentes aún hoy y con otro partido político en el poder que los había tildado de los peores de la democracia. Aunque legalmente las Cuentas se pueden prorrogar de forma indefinida, hay una ley no escrita que dice que un Gobierno que no consiga aprobar sus propios Presupuestos deberá convocar elecciones, tal y como pasó con el actual Ejecutivo socialista. Las Cuentas han resistido una moción de censura, dos elecciones, una investidura fallida y hasta una pandemia que ha obligado a Sánchez a renunciar también a sacar adelante los de este año y ya mira a 2021. 

 

6- Rehén del nacionalismo
Pedro Sánchez se convirtió en presidente el pasado 7 de enero gracias, entre otras cosas, a la abstención de ERC, unos votos que no fueron gratis. La decisión de los republicanos catalanes fue posible gracias a la puesta en marcha de la polémica mesa de diálogo sobre la independencia que perseguía también los indultos a los presos del procés. Paralizada por la pandemia, podría retomarse en julio. 
Pero esa no ha sido la única alianza en entredicho. El PNV también ha sabido jugar sus cartas. Con solo seis diputados, ha logrado la cesión de las competencias de Tráfico a Navarra, la transferencia de Prisiones (aún no ejecutada) y la gestión de la renta mínima garantizada. Aunque, sin duda, los más polémicos han sido los acuerdo con  Bildu, que le han ayudado desde a llegar a La Moncloa a sacar adelante las prórrogas del Estado de alarma. 

 

7- Cuestión de imagen
Los numerosos asesores de Pedro Sánchez se afanaron desde el principio en convertirle en un hombre de Estado al más puro estilo John F. Kennedy. Las imágenes del presidente con gafas de sol en el Falcon  fueron de lo más llamativo, pero aquello no salió bien. No obstante, quienes le rodean saben cómo hacer de cada debilidad una virtud y dar la vuelta a la situación más insólita para que el líder socialistas caiga siempre de pie.

 

8- A golpe de decreto
Uno de los aspectos más criticados por la oposición durante estos dos años de Sánchez en el poder ha sido su tendencia a gobernar a base de decretos. Y es que a finales de 2019, el Consejo de Ministros había aprobado un total de 42, muchos de ellos en sus conocidos como viernes sociales. El presidente siempre se defendió de los reproches culpando a la situación: primero, al hecho de gobernar en funciones, y ahora, al estado de alarma por el coronavirus. Entre los más polémicos se encuentra el que dio luz verde a la exhumación de los restos de Franco.

 

9- Paritario y muy numeroso
Pedro Sánchez formó el pasado mes de enero un Gobierno paritario con 22 ministros, lo que le convierte en el segundo más numeroso de la democracia. Contando con el presidente, lo componen 12 hombres y 11 mujeres, por lo que ellas ya no son mayoría, como sí que lo fueron en el Ejecutivo socialista conformado en 2018. No obstante, el líder del PSOE se ha rodeado de tres ellas como vicepresidentas: Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera. La cuarta Vicepresidencia, la social, fue una de las más polémicas al recaer en Pablo Iglesias después de seis meses de enfrentamientos durísimos que ambos dejaron atrás en un pacto sellado con un simbólico abrazo. 

 

10- ‘Eterna’ alarma
Cuando el 21 de junio finalice el estado de alarma, España habrá pasado más de cuatro meses viviendo bajo esta herramienta constitucional que otorga un poder casi ilimitado al Gobierno central, convertido en el mando único del país para intentar frenar la pandemia de coronavirus que se ha llevado por delante la vida de miles de ciudadanos.