En un año tan complicado como fue 2021, se convertía en el rejoneador más brillante del escalafón
Finalizar la temporada como líder del escalafón fue algo muy importante para mí, pues lo conseguía después de dos años tremendamente difíciles y complicados por la pandemia. Afortunadamente, en ese 2021 la cosa comenzó a encaminarse poquito a poquito hacia una relativa normalidad, lo que resultó fundamental tanto para la fiesta de los toros como para el rejoneo.

Sin duda, lo mejor de todo el año fue esa majestuosa Puerta del Príncipe en La Maestranza

Desde luego que sí. Podría decirse que el triunfo alcanzado en la Feria de San Miguel fue una bonita rúbrica al resto de lo que había conseguido en una temporada que en líneas generales fue muy positiva. Además, no resultó nada fácil, pues el ruedo estaba fatal y me tuve que sobreponer a lo que le sucedió a mi compañero de terna Andrés Romero durante la lidia del primer toro. El caso es que conseguí dar la vuelta a la tarde y eso aporta mayor valor aún a aquel triunfo en la plaza hispalense.

Una plaza donde tomaba la alternativa dos años antes con un encierro de Fermín Bohorquez que no acompañó
Fue un sueño por todo lo alto abrir la Puerta del Príncipe en mi vuelta a esa plaza tras doctorarme allí en 2019. Recuerdo que aquella fue una tarde muy emotiva en la que me sentí un privilegiado al poder recibir la alternativa de manos de mi padre, con todo lo que ello representa en lo profesional y en lo personal. Lástima que mi primer toro no me ayudara mucho, ya que salió muy parado y desfondado, si bien con el segundo sí que pude sentir el calor de esa gran afición que hay en Sevilla.

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