Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


¡Como la vida misma!

17/04/2022

Podía haberlo escuchado en cualquier sitio, pero fue en la cola del pan en Cardenal Cisneros. Dos mayores bromeaban sobre la proliferación de vivillos que hay alrededor del dinero público. ¡Pero cuánto sinvergüenza hay! ¡Sí, pero tú, con la comisión que te has llevado por las mascarillas, ya te has comprado el yate! ¡Para eso son las comisiones.  En el embarcadero del Ucieza espera a que aumente el cauce. Ya te invitaré! Y de la broma, pasaron a lo serio. Recalcaban que no teniendo para comer muchas familias es vergonzoso que se llegue a negociar alegremente comisiones estratosféricas con enchufados, con ricos riquísimos, parientes, amigos… En definitiva, que opinaban que había demasiados parásitos que están como buitres disputándose, no solo la carne fresca, sino también la carroña. ¡Que todos son iguales, amigo, ¿en qué se diferencian?! ¡Que aquí hay mucha tela que cortar!  
Esto último me hizo pensar. Cuando ves tanto tiempo perdido en tantos hemiciclos aburridos echándose a la cara cualquier actuación que por simple que parezca proviene de cierta clase política que lo único que pretende y hace es dejar que corra el tiempo mientras sus cuentas corrientes siguen sumando dividendos, pero la gente, cada vez más, espera que antes o después acabe volviéndose contra quienes esto escenifican. ¿Cuál es el debate? ¿En si han errado o no o en cómo reaccionarán los afiliados y simpatizantes de esos partidos? Les da igual. Cuestión difícil que deberían pensar, ya que en muchos casos el tiro les sale por la culata. ¿Cuántos contratos se suscriben fuera del convenio de la Administración? La mayoría corresponde a directivos. Son vías arbitrarias para crear puestos con niveles retributivos especiales  que ocupan empleados, no funcionarios, y que, en muchos casos, sirven para elevar los sueldos de los altos directivos de la Administración del Estado y de sus organismos autónomos. Después de todo, ¿alguien puede creer por mucho que se opine que a ese, este o aquel nos van a hacer caso por mucho que incluso las ofensas a veces sean idóneas de empeorar?  ¡Como la vida misma!