El pastoreo, un gran aliado de las lagunas

David Herrero (ICAL)
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Una representante de la Comisión Europea, Simona Bacchereti, visita los humedales de La Nava, Pedraza y Boada para analizar los resultados del proyecto LIFE Paludicola

El pastoreo, un gran aliado de las lagunas - Foto: Bragimo

Ovejas y ganado extensivo como aliado natural para mantener y garantizar la conservación de las lagunas palentinas, además de contribuir a la preservación de aves migratorias amenazadas. Esta actuación, enmarcada en el proyecto LIFE Paludicola, cofinanciado por UE y con la Fundación Global Nature y la Junta de Castilla y León como sus socios, busca frenar el descenso de las poblaciones de carricerín cejudo, el paseriforme más amenazado de Europa.

Los humedales palentinos recibieron ayer la visita de la coordinadora de Proyectos Clima, Medio Ambiente e Infraestructuras (Cinea) de la Comisión Europea, Simona Bacchereti, que realizó una inspección sobre el terreno y el campo para comprobar que las acciones se han ceñido a la programación del inicio del proyecto, además de analizar las actuaciones ejecutadas. «Es muy importante llevar a cabo medidas y actuaciones en la ruta de migración hacia África», las cuales son vitales para que «no se pierdan los individuos en dichas rutas», afirmó. En Bruselas se realiza la selección de los proyectos para, después, poner en marcha el seguimiento del mismo y visitar, con «mucho placer», cada una de las zonas, agregó.

Bacchereti reconoció que los resultados han sido satisfactorios, debido a la puesta en marcha de diversas acciones, como las obras hidráulicas para la restauración de las lagunas y que puedan tener agua, dado que «es primordial que las aves encuentren un hábitat en buenas condiciones que ofrezca comida y reposo».

El director de la Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel, detalló que se está intentado recuperar la ganadería extensiva, porque está desapareciendo de toda España, algo que trae «unas consecuencias catastróficas». «Prácticamente, el ganado no pasta fuera de los establos y provoca que no haya excrementos y que no se produzca el consumo de esta materia, tanto en humedales como en sistemas esteparios». En el caso concreto de La Nava, se ha llegado a acuerdos con pastores locales para que, una vez que se sequen las zonas en verano, se lleve a cabo la labor de pastoreo. «El ganadero tiene forraje a su disposición y a nosotros nos viene muy bien porque elimina ese exceso de vegetación y mantiene la laguna abierta. Lo ideal es recuperar los sistemas tradicionales, como la ganadería, para volver a realizar lo que hacían los animales silvestres antaño». 

De Miguel dejó claro que esta falta de excrementos hace que no haya insectos y, por consiguiente, tampoco aves insectívoras. «Es un ciclo pernicioso que estamos intentando paralizar, porque se ha comprobado en los humedales valencianos que la introducción de vacas, ovejas y caballos ha conseguido la apertura del espacio y recuperar la flora, con la llegada también de aves insectívoras», aseveró.