El comando apícola

David Herrero-Ical
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El servicio de Bomberos de Palencia establece protocolos de actuación ante el aumento del número de intervenciones relacionadas con abejas y avispas en los últimos años

El comando apícola

En los últimos tres años, el servicio de Extinción de Incendios, Salvamento y Protección Civil de Palencia ha realizado más de 150 actuaciones derivadas de la presencia de abejas y avispas, entre  las 250 intervenciones relacionadas con animales. Con las cifras encima de la mesa, el coordinador del Parque de Bomberos, Javier Villena, deja claro que «el número de salidas se han visto incrementadas con el paso del tiempo».

De igual manera que otro tipo de servicios, afirma a Ical que estas emergencias deben ser tratadas de una «manera adecuada», sin olvidar que estos ejemplares son especies protegidas. Además, puntualiza que la llegada de la avispa velutina a España, de la que no tienen constancia de su presencia en la capital, ha obligado a adaptar los protocolos y las intervenciones de los profesionales del cuerpo, aclara.

Villena destaca que las salidas se justifican según el lugar donde se establezca la abeja reina y la colmena determinada, ya que, en función de dicha ubicacion, se establece un cribado de la posible amenaza y el «riesgo para la ciudadanía o colectivos sensibles». Es decir, parques, residencias de ancianos, lugares en altura o cajas de persianas, entre otros puntos. La intervención «se lleva a cabo en los casos en los que existe un riesgo para la población, al calificar la emergencia como una situación de riesgo».

Ante un posible hallazgo, la mejor recomendación es «no tener una alarma excesiva en torno a un animal que ha convivido siempre con la población», pero puntualiza que, al encontrarse con un enjambre o asentamiento que puede presentar riesgos, es necesario notificar la incidencia al Servicio de Emergencias 1-1-2 para que los profesionales puedan valorar la situación y actuar en caso de que fuera necesario.

Protocolo de actuación. La respuesta que da el Servicio de Extinción de Incendios, Salvamento y Protección Civil debe ser «siempre acorde con las necesidades en cada caso», ya que se actúa de distinta manera dependiendo si el aviso corresponde con abejas o si está relacionada con la avispa asiática.

En el caso de las abejas, el responsable del parque señala que durante el día «las obreras se encuentran pecorando hasta que regresan al enjambre, con la llegada de la noche». El procedimiento de actuación de los bomberos radica, en un primer lugar, en la valoración de la situación para «recabar toda la información necesaria del lugar y de la situación antes de proceder».

A partir de ahí, los profesionales del cuerpo «proceden a zonificar» el área afectada, de la mano del material y los EPIs adaptados para esta tipología de intervenciones. Explica que se coloca una caja especial, que evita que los animales puedan sufrir daños, donde trasladan a la reina para que, con el paso de las horas, el resto de las abejas obreras regresen y se introduzcan en la citada caja. Tras ello, se procede a retirar el habitáculo para transportarlo con seguridad al parque.

En ese sentido, añade que recientemente se ha realizado un acuerdo de colaboración con la Asociación Palentina de Apicultores para coordinarse y que recojan las abejas una vez retiradas. La asociación traslada a esos animales a su apiario, con el objetivo de proteger a la especie y que sufran lo menos posible, subraya.

Avispa velutina. Por su parte, Villena asegura que «no hay constancia de avispa veluntina en la capital, aunque sí hay algunos casos en la provincia». Aun así, desde el Servicio de Bomberos se ha dotado a sus integrantes de trajes especiales, los cuales son diferentes a los empleados para la abeja tradicional, debido a que la avispa asiática tiene un aguijón con mayor capacidad de penetración, así como una sucesión de posibles picaduras por cada ejemplar, comenta.

Además, existe un protocolo específico de actuación para ella, aunque recalca que «todavía no han tenido que activarlo». No obstante, si fuera necesario el servicio se llevaría a cabo en coordinación con las unidades de Medio Ambiente de la Junta, que indican la manera más oportuna de proceder en cada caso.

Primero se valora la inactivación del nido en función de su tipología, ya sea primario (más pequeño) o secundario (más grande), que puede pasar por la utilización de insecticidas adecuados, por aplastamiento o por introducción del nido en un recipiente. 

Al igual que ocurre con las avispas comunes, esta especie no suele atacar a las personas, sino que su picadura responde a una reacción defensiva. Aun así, en el momento en que se siente amenazada puede llegar a picar, y el mayor peligro se presenta cuando la persona afectada es alérgica, pues los síntomas de una picadura pueden variar desde una reacción leve, pero importante, hasta provocar una asfixia por inflamación de lengua y garganta.