El Real Madrid cayó (75-74) a domicilio este jueves ante el Maccabi Tel Aviv en la jornada 32 de la Euroliga, a pesar de tener una renta de nueve puntos en el inicio del cuarto acto, un parcial desastroso de los blancos que se despidieron del Menora Mivtachim Arena sin anotar los últimos seis minutos.

Con el 'Top 4', factor cancha en los 'playoffs', asegurado, el equipo blanco trabaja en su puesta a punto para la hora de la verdad incapaz de dejar atrás el último bache. El BAXI Manresa, después el Efes y ahora un Maccabi que sin duda se jugaba más sacan las dudas en un Madrid que descarriló con ocho puntos en el cuarto parcial.

El cuadro local se ve de lleno en la pelea por el 'Top 8' con la eliminación de los equipos rusos y peleó hasta el final pese a perder la pista del marcador con un 59-68. Los rebotes de Tavares fueron salvavidas que nadie supo vestir o asumir, tras un buen inicio de Yabusele y la entrada en calor de Poirier y Heurtel.

Dos días después de pelear y caer en el Sinan Erdem Dome, el cuadro blanco le tocó otro test duro en la conocida anteriormente como Mano de Elías. Lleno hasta la bandera, el pabellón macabeo comenzó a venirse abajo con los tres triples de Heurtel en el tercer cuarto pero volvió a rugir con Nunnally y Evans en el último.

El equipo de Laso tiró de Yabusele en el primer cuarto, autor de cuatro triples, pero no pudo mandar por dentro. En realidad, el Madrid anotó de tres pero en la pintura no supo manejarse, mientras el Maccabi disfrutaba también del intercambio con Wilbekin.

Reynolds empezó el segundo acto enseñando más aún la necesidad visitante de ponerse las pilas en el juego interior. Poirier y Tavares entraron finalmente en juego y en pelea bajo el aro, pero dentro de la igualdad del marcador el dominio era local.

Ambos equipos se soltaron más en ataque, triples de Nunnally y puntos de Llull y Hanga, pero le tocaba mejorar en defensa a un Madrid pendiente del reparto de minutos ante las bajas y el desgaste para Deck y Yabusele ante el Efes. Necesitaba Laso una buena versión de Heurtel y el galo la encontró por momentos.

La defensa la puso Hanga pero Nunnally se esmeró en maquillar la renta visitante (59-66). El Clásico europeo tuvo mucha ida y venida, mucha pelea, con Poirier y Tavares ganando la batalla interior a un desaparecido Zizic. El equipo de Laso se marchó en un momento clave pero Evans se encargó de dar emoción al desenlace.

Con un parcial de 10-0, sin respuesta visitante durante seis minutos con Heurtel acaparando sin acierto, el equipo israelí subió la defensa a tiempo y provocó el colapso a un Madrid de nuevo sin regularidad para rematar la faena. Los de Laso se quedan segundos pero con solo una victoria de margen.