Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Apuentes

29/05/2022

Las sociedades humanas evolucionan permanentemente. Cada época tiene su afán que se manifiesta en todos los aspectos de nuestras vidas y es el estudio de la Filosofía-esa materia que la nueva ley educativa considera irrelevante-el camino para analizar el cómo y el porqué de los cambios que vivimos. En este sentido, el sociólogo polaco Bauman acuñó la expresión relaciones líquidas para ilustrar el actual modo de relacionarnos socialmente y que se basa en vivir en un continuo presente, sin echar raíces, sino que las relaciones de toda laya son efímeras e intrascendentes, sean familiares, sentimentales o amistosas. Este modo de entender la sociedad se asocia con la idea de permanente libertad individual. La extensión de las redes sociales con que nos relacionamos apunta en esta dirección: son breves, rápidas y efímeras. También superficiales e intrascendentes. Un hecho social en concomitancia con estas relaciones líquidas puede considerarse la creciente secularización de las sociedades modernas.  Ser católico en la actualidad, más que nunca, implica un compromiso personal y social que se opone al concepto de relaciones líquidas  que predica la banalidad e intrascendencia de nuestro modo de vida. Se da más importancia a lo que quiero hacer, que a lo que debo hacer. Importa más la inmediata obtención del placer individual que la idea de vivir con arreglo a unas normas que aspiren a construir una sociedad más solidaria y generosa, con individuos con sentido de la responsabilidad que todo acto conlleva, con ideales y valores superiores. Educar valorando el esfuerzo personal debería ser un propósito ineludible. Mucho se ha comentado el contenido de la nueva ley educativa-la Lomloe-en la que se prescinde precisamente del valor del esfuerzo individual para alcanzar el fin propuesto. Si el suspenso y la recuperación de materias en las que no se ha alcanzado el nivel requerido se considera un castigo, es lógico pensar que se desea educar a los jóvenes en el hedonismo egoísta que inevitablemente producirá seres débiles e indefensos para afrontar las dificultades que toda vida presenta.

ARCHIVADO EN: LOMLOE