Goleada contundente a domicilio de un solvente CF Palencia que ante el Atlético Bembibre completó uno de sus mejores partidos en cuanto a juego y definición en el área.

Los discípulos de Paulino dominaron de principio a final y ya habían rematado al palo a los cinco minutos. Un aviso para un conjunto berciano que decidió replegar sus líneas y parapetarse en torno a su portero a la espera de tiempos mejores que no llegarían, porque los visitante tendrían más pelota, mayor control del medio campo y más verticalidad.

Pese a ello, en una contra aislada se adelantó el equipo local (gol de Marcos tras un centro de Álex que despejaba Carpio).

El tanto encajado no desanimó a los palentinos, que siguieron a lo suyo, controlando la posesión y moviendo bien el balón en busca de la portería rival.

Hasta que superada la media hora Jesús Torres recogía un buen balón en el área, se giraba y golpeaba seco al primer palo, imposible para el cancerbero local.

El empate no hizo sino incrementar la superioridad de los morados y, de ahí al descanso, el equipo bien pudo remontar ya el resultado, primero en una de Guille que el colegiado terminó señalando fuera de juego y poco después en otra muy clara de Saúl donde Ivanildo se lució. El portero local tenía todo el protagonismo y antes del descanso, sacaba a la esquina un chut lejano de Chopi que buscaba la escuadra.

La segunda comenzó un poco más equilibrada e incluso los bercianos se acercaron a la meta rival en un par de ocasiones, pero el Palencia mandaba más y con el correr del reloj fue ganando confianza. Hasta que a un cuarto de hora del final encontró el premio con un gol en propia puerta del central local tras centro de Chopi.

Ya en ventaja, el Bembibre no sería rival.El Palencia siguió presionando y, con más espacios, firmaba la goleada por medio de Garban. El tercer gol llegó tras una buena jugada por banda del atacante, que finalizaba con un disparo cruzado. Y el cuarto lo marcó a placer, pero tuvo como protagonista a un Mario López que se marcó una jugada personal de muchos quilates hasta ofrecerle el gol en bandeja a su compañero.