Editorial

La revitalización del comercio local es primordial

DP
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El objetivo es hacer la ciudad atractiva para los vecinos, los empresarios y los foráneos

El Plan Especial de Reforma Interior para la rehabilitación, regeneración y renovación urbana, del que hemos venido ocupándonos profusamente por cuanto marca directrices para mejorar nada menos que nueve áreas significativas de la ciudad que necesitan un nuevo impulso, tiene hoy su último capítulo en el barrio de Santiago. Antes hemos reflejado las propuestas de los técnicos urbanistas para El Cristo y Las Américas, dos zonas del Ave María, San Juanillo, Pan y Guindas y otras dos de San Pablo y Santa Marina, en el casco histórico. En esta última se ha trabajado ya, de cara al lavado de cara que precisa un espacio céntrico que tiene su principal punto de mira en la catedral de San Antolín, de la que celebramos su séptimo centenario este año y el próximo.  

 Ese plan es interesante porque concreta soluciones por calles y plazas, tras un exhaustivo análisis de sus características, antigüedad, necesidades y carencias. No se limita a dar unas pinceladas teóricas, sino que profundiza en tramos y en espacios determinados, apuntando lo más conveniente para revitalizarlos, ya sea con cambios de pavimento o plantaciones verdes o con nuevos usos, incremento de las conexiones y la accesibilidad, limpieza y arreglo de fachadas, semipeatonalizaciones o creación de nuevas zonas de paseo y asueto para favorecer las relaciones de vecindad. También en el barrio de Santiago hay planteamientos de ese tipo, como remodelaciones de plazas como las de Rabí Sem Tob y San Telmo o rediseño de los aparcamientos entre los bloques de las calles Manuel de Falla o Blas de Otero.

Pero, más allá de eso, es importante subrayar que en todos los casos, ya se trate de barrios periféricos o más céntricos, el denominador común en el que los redactores del plan especial insisten una y otra vez es en el impulso comercial que necesitan. El gran número de negocios cerrados, muchos como consecuencia de la pandemia del coronavirus, pero otros fruto de la anterior crisis económica o de un planteamiento erróneo o mal calculado conduce a una reflexión, no solo conveniente, sino necesaria: una ciudad de servicios como Palencia no puede seguir perdiendo el pulso comercial. Hay que habilitar ayudas, acompañar el emprendimiento, favorecer las iniciativas y, en el caso que nos ocupa, mejorar las zonas que han tenido habitualmente ese uso, conectar de manera adecuada la actividad que todavía se mantiene y embellecer el conjunto, de manera que sea atractivo para las pymes.

No se trata de buscar glorias pasadas o de ir contracorriente; tampoco de obligar a nadie a invertir para perder. El objetivo ha de ser ofrece una ciudad atractiva. Para los vecinos,  para los empresarios y para los foráneos. Sin ser tarea fácil, tampoco es imposible y los urbanistas ofrecen pautas bien concretas.