El verano recupera un 20% de las ventas en agencias de viaje

J. Benito Iglesias
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La patronal palentina APAV lamenta que el estar al día en el pago de deudas les impida acceder a ayudas en una etapa de bajas ventas de paquetes extranjeros, salidas de grandes grupos y congresos

El verano recupera un 20% de las ventas en agencias de viaje - Foto: Alicia Vallejo

Después de 14 meses con la persiana echada y un tímido retorno a la actividad desde finales de mayo, las agencias de viajes -uno de los sectores más olvidados y maltratados por el devenir de la crisis sanitaria- solo han logrado recuperar un 20% de las pérdidas acumuladas durante la pandemia.

Así lo expone Mónica Blanco Buj, propietaria de Espacio Libre y presidenta de la Asociación Provincial de Agencias de Viaje (APAV), integrada en CEOE Empresas de Palencia y que reúne a 10 establecimientos de la capital, dos de Aguilar, uno de Saldaña y uno de Venta de Baños.

«Es complicado atender lo que tenemos al no poder sacar empleados del ERTE por falta de ingresos para ello. Se venden viajes pero de poco dinero y mucha implicación con el cliente. En verano no dejaron de surgir problemas con lugares donde se exigía certificado de vacunación o prueba PCR para entrar a un restaurante. Ha habido que realizar cancelaciones, devolver el dinero y cambiar de destino», resume.

En esta línea argumenta la difícil recuperación del sector hasta que no pueda facturarse por grandes paquetes turísticos. «Para las agencias de viajes el negocio gordo está con los grandes grupos como universitarios, escuelas, empresas, congresos, destinos de nieve, cruceros o lunas de miel. El turista español ha viajado pero con poco gasto y siempre con miedo a las restricciones. Por ello, el volumen de ventas ha sido muy bajo, dedicando mucho más tiempo y trabajo y con el agravante de que muchos países extranjeros han estado cerrados al turismo», arguye.

 

Ayudas inexistentes.

Mónica Blanco Buj lamenta que, al dedicar el colchón económico generado en años de bonanza para pagar deudas, no se haya tenido acceso a ayudas públicas. «En Castilla y León aún no hemos percibido como en otras comunidades el dinero específico del Estado para las agencias y se ha decidido entregar a otras empresas que no han pagado a sus proveedores. La federación regional ha presentado a la Junta un recurso para reclamar lo que por ley nos corresponde, pero ya no sabemos si quedará algo de los fondos asignados», criticó.

En la misma línea se expresó la propietaria de la agencia Alila Viajes, Eugenia García, quien consideró que otros sectores productivos que han metido ruido han tenido ayudas importantes. «Como en nuestro caso somos empresas solventes tirando de ahorros, tenemos que arruinamos o deber dinero a todo el mundo para que nos den una triste ayuda. Estoy perpleja porque la vara de medir no es igual para todos aunque paguemos los mismos impuestos. Nos cerraron el 14 marzo de 2020 y no hemos podido vender un peine hasta mayo de este año. En el verano de 2020 se pudo abrir pero para atender reclamaciones, devolver dinero de viajes no realizados y se vendieron cuatro a Benidorm porque la gente estaba muerta de miedo. En los meses de cierre nadie se acordó de nosotros y fue un despropósito. No nos podemos recuperar aún porque todavía en muchos países hay limitaciones de movilidad y nuestro negocio está en los grandes viajes a Asia, EEUU, Canadá o Japón».

Por su parte, Elena Liébana, de  Escapada Tour, se sumó al lamento del sector por verse privado de apoyo publicó al no estar endeudado. «A pesar de haber pedido las ayudas a la Junta se han desestimado y parece que solo se prima a quien no paga. Nadie tiene en cuenta que volvimos a trabajar en mayo y que en julio se paró todo de nuevo porque la oleada de contagios de Covid asustó a la gente. Luego vino  la exigencia del pasaporte de vacunación, que no funcionó bien en muchos países hasta finales de agosto. Es como que hemos estado 18 meses sin vender y se ha empezado a sacar la cabeza ahora que se terminan las vacaciones y en muchos destinos hace frío. Algo mejor estamos pero, por poner un ejemplo, en Castilla y León no pudimos viajar fuera desde el 8 de octubre hasta el 8 de mayo», finalizó.

 

«Tenemos ofertas atractivas sin esperar a la campaña del Imserso»

Por si fuera poco, a las agencias de viajes les ha caído encima el problema sobrevenido del bloqueo de los viajes del Imserso, después de que las patronales hoteleras presentaran el 30 de mayo un recurso administrativo contra el programa público al considerar demasiado bajos los precios que fija el Gobierno. Tras la suspensión cautelar del proceso de adjudicación para estudiar la reclamación, el pasado 18 de agosto se desestimó y los hoteles tienen hasta el 1 de noviembre para interponer un recurso ante la Audiencia Nacional, lo que retrasaría todo.

Pese a que gestionar los paquetes turísticos para los beneficiarios del Imserso supone un beneficio mínimo y mucha carga de trabajo, las agencias u hoteles confiaban en que las ganas de viajar de los mayores fuera el pistoletazo de salida de la vuelta a la normalidad y una oportunidad para fidelizar clientes. Aún así, no pierden la esperanza de dar un buen servicio a un sector de población que no deja visitar estos días sus establecimientos.

«Los mayores están acostumbrados a viajar en otoño, vacaciones navideñas, primavera y hasta casi el verano del siguiente año, pero no en enero y febrero que es cuando saldrán los viajes. Por ello, es fácil que acudan ahora a nosotros al contar con ofertas atractivas muy similares a las del Imserso que nos envían los hoteles para cubrir la temporada baja. Se pueden contratar viajes, como ejemplo, de ocho días a Benidorm que se venden a 325 euros. Son precios competitivos y, al contrario que el programa público, se sabe desde el principio a las fechas y a qué hotel se acude», explicó Monica Blanco Buj, presidenta de la Asociación Provincial de Agencias de Viaje (APAV).

El  Imserso subvenciona en un 20,39% sus viajes y el resto lo deben aportar los pensionistas beneficiarios (79,61%). El conflicto se retoma ahora en un momento crítico para muchas empresas turísticas, que han visto mermados sus ingresos durante meses y en algunos casos llegando a ser inexistentes.