Editorial

La Semana Santa abre un periodo de recuperación económica

Diario Palentino
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Las expectativas son buenas, pero hay que dar el mejor servicio y un trato inmejorable para que el visitante vuelva

No se puede hablar aún de cifras similares a las de la prepandemia, pero ciertamente aparecen los primeros síntomas de una recuperación económica que tanto la provincia, como el país entero, necesitan para ir revirtiendo las nefastas consecuencias de la crisis sociosanitaria del coronavirus, que vino a echar por tierra numerosos proyectos en vías de desarrollo y algunos plenamente consolidados. Y si hubo sectores especialmente afectados, esos fueron el turístico, el hostelero y el comercial que ahora, con el inicio de una Semana Santa sin restricciones de movilidad ni prácticamente de aforo, esperan recuperarse.

En los hoteles y casas rurales de la provincia, las expectativas son altas, con previsiones de ocupación de un noventa por ciento, que incluso podrían llegar al cien por cien del Jueves Santo al Domingo de Resurrección si el buen tiempo acompaña, dado que siempre hay quienes hacen su reserva en el último momento. Ya esperan cierto incremento de cara a este Domingo de Ramos. No hay que olvidar que Palencia está muy bien comunicada y en periodos vacacionales como este se convierte en una provincia de paso hacia otros destinos. La esperanza y, en último  término, el objetivo no es otro que conseguir que se convierta en un destino interesante en sí mismo para un mayor número de turistas. La Semana Santa de la capital está declarada de Interés Turístico Internacional tanto por la antigüedad de sus tradiciones y la riqueza de su imaginería, como por ciertos elementos diferenciadores: la participación de todas las cofradías en los diecisiete desfiles procesionales en vez de hacerlo solo en los propios de cada una, las ceremonias del Prendimiento y el Descendimiento y el toque del tararú; pero también hay procesiones, representaciones y actos litúrgicos destacables en la provincia, que bien merecen una parada.

 La riqueza patrimonial, con los monumentos religiosos abiertos en horarios especiales estos días, al igual que los museos, los centros temáticos y las villas romanas, sin olvidar espacios tan singulares como Campos del Renacimiento con cinco sedes artísticas en cuatro localidades, el Cristo monumental más alto de España, o las fortalezas, palacios, barrios de bodegas, palomares y puntos informativos; la variedad paisajística, con opciones para la práctica de deportes acuáticos y de senderismo y montañismo; el turismo etnográfico, el ornitológico y, por extensión, el de naturaleza, el cultural y astronómico o el lúdico, costumbrista y gastronómico, bien valen un viaje, una estancia, algunos desplazamientos y más de una parada. Las impresiones a priori son positivas y toca confiar en que se cumplan al máximo. También en la hostelería y la restauración y en el comercio, que han de aprovechar el tirón festivo. Se habla de 140 contrataciones laborales para estas fechas y eso también es bueno. Se trata, como en todo lo demás, de avanzar sumando, de manera que el beneficio se extienda lo más posible. Eso sí, hay que dar el mejor servicio y un trato inmejorable al visitante. Para que vuelva.