Nunca ha aprovechado los días libres o las fiestas locales para ir a Valladolid de compras porque en Palencia hay de todo y a quienes se quejan de que nuestro comercio local es caro, les responde que si todos compráramos aquí, «los precios bajarían». Es un palentino militante, que presume de ciudad, que no se ha ido fuera en busca de prosperidad, que conoce cada milímetro de la trama urbana y, en gran medida, también de la provincia, sobre todo de la montaña, a la que siempre ha sido aficionado, y que siempre buscó más garantizar la seguridad en las calles y dar confianza a la gente, que pasearse con una carpeta bajo el brazo poniendo multas a los coches mal aparcados.
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