De la historia a la poesía

Sotero García Ortiz
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El profesor e historiador Jesús Coria Colino presentó hace unos días su libro en el Casino de Palencia

De la historia a la poesía - Foto: Óscar Navarro

Recientemente se realizó, con gran asistencia de público, la presentación en el Casino de Palencia del primer libro de poemas de Jesús Coria Colino: Arqueología Metódica. Aunque Coria es ampliamente conocido como profesor, historiador medievalista e historiador de la educación palentina, con este poemario escrito en su madurez ha demostrado estar a la altura de los grandes poetas. El acto fue presentado el día 22 de abril por Evaristo Urraca, presidente del Casino, y por Carmen Casado, catedrática emérita de Literatura, en las facetas personal y literaria respectivamente. 


Pudiera parecer extraño este título para un libro de poesía, pero hay que interpretarlo -desde el enfoque del autor-como un intento de profundizar en lo vivido a través de una larga trayectoria, a la manera de un arqueólogo poeta que excava poco a poco en: «el conocimiento de lo que fui, de lo que he sido o creo ser». Explorar, investigar y desempolvar viejos significados, desnudando la belleza de la palabra al servicio del sentimiento poético.


El autor. Analizó los pilares esenciales sobre los que se sustenta su poesía. Como no podía ser de otra manera, la palabra es el elemento substancial del poema; importan los valores sensoriales, la musicalidad y los resortes emocionales que conlleva. La palabra debe trasmitir el color, el olor, la sensualidad y la atmósfera de los lugares transitados e intentar, desde esta perspectiva, transportarnos a otra dimensión. El tiempo: «eternizar el diálogo con el tiempo» vivido donde el poder de la nostalgia es más fuerte que la razón. Parafraseando a Josefina Aldecoa señaló  la dificultad de seleccionar lo que ha sido más significativo para nosotros en la vida; los lugares donde nacemos y vivimos, y las personas que hemos conocido son los ejes en torno a los que se vertebra parte de la poesía de Coria: Zamora, su patria chica; Palencia, su hogar y lugar de trabajo, su familia y amigos. Reconoce ser un poeta meseteño para quien el Mediterráneo y Roma ejercen un poder fascinador e inspirador de parte su obra.


Como buen clásico -conocedor del arte, la historia y la literatura-, la pintura y los mitos son el sustrato sobre el que se asientan sus símiles, sensaciones y recursos literarios. El amor ideal e idealizado, erótico y lascivo, ingenuo y adolescente, puede constituir el hilo conductor en una buena parte de sus poemas. Grita ante la inutilidad de cualquier guerra; hace su alegato contra las muertes anónimas por los conflictos sin sentido. Existe un ansia y vocación de trascendencia en las imágenes utilizadas cuando habla de la inocencia del juego infantil, el paso del tiempo, el anhelo de pervivir y no poder ser. Todo el relato vino ejemplificado con algunos de sus poemas e ilustrado con fotografías evocadoras de los lugares vividos.


Se podría decir que no es lo mismo rimar versos que componer poesía que mueva y transporte a esa esfera de emociones y transcendencia que posee la palabra bien escogida y escrita, con calidad literaria. Hoy día es difícil encontrar poetas contemporáneos que reúnan esa condición. Para los amantes de la poesía es un libro de lectura imprescindible.