El Ayuntamiento pretende reducir el impacto de la reurbanización del tramo de la calle Mayor Antigua comprendido entre Doctrinos y la plaza de Pío XII negociando con la empresa que gestiona el aparcamiento subterráneo de Ponce de León precios reducidos para los residentes y tarifas económicas en horario comercial para todos los usuarios.
Así lo expresó ayer el concejal de Obras, Facundo Pelayo, después de que la Junta de Gobierno Local aprobase, con el voto en contra de Vox y la abstención del PSOE, este proyecto de regeneración urbana, unas obras que ahora encaran el proceso de licitación y que tendrán un plazo de ejecución de cinco meses desde que se adjudiquen a una empresa y un presupuesto de 473.661,83 euros.
El responsable de Obras asegura que, según la información facilitada por los técnicos de la concejalía, en el área de las obras hay 52 plazas de aparcamiento, de las que se conservarían 36 porque se crearía una zona para aparcar en batería -para 12 vehículos según el proyecto- en la zona de carga y descarga que está más cerca de la plaza de San Miguel, por lo que la pérdida de espacios para estacionar se concretaría en 16.
Las cuentas de los técnicos pueden cuadrar sobre el plano, pero DP volvió a comprobar ayer que en el tramo de la calle Mayor Antigua comprendido entre el cruce con la calle Doctrinos y la plaza de Pío XII, había unos 60 vehículos aparcados, de los que más de medio centenar estaban en el tramo de la calle entre el cruce de la calle Panaderas y Pío XII. De allí, según los planos del proyecto definitivo que aprobó ayer la Junta de Gobierno, desaparecerán 24 estacionamientos (todos los de la acera de la UGT), más tres o cuatro plazas en la otra para la colocación de alcorques. A los que hay que sumar los 13 del tramo entre Doctrinos y Panaderas, de los que en siete no se puede aparcar en la actualidad por estar ocupados por una terraza de hostelería y por obras.
obras Necesarias. Facundo Pelayo, que también confirmó que se ha sacado del proyecto el soterramiento de los contenedores de basura «por falta de espacio», defendió el proyecto porque esta parte de la calle «necesita de una importante reforma, sobre todo en sus acerados». «Además de apostar por pavimientos descontaminantes, lo cual será bueno para los vecinos, se aprovechará el desarrollo de las obras para sustituir el tramo de la red de abastecimiento que está en mal estado, ya que las tuberías son muy antiguas y están en mal estado de conservación, con un problema continuo de reparaciones, ya que dicho tipo de fundición es de poca resistencia y susceptible de rotura frágil», finalizó.