Como a muchos otros, el gimnasio le salvó. Víctor de la Cruz atravesaba un momento difícil con 16 años. Siempre ha hecho deporte y una lesión en el hombro le obligó a dejar el rugby. Fue entonces cuando empezó a levantar pesas. Al principio no vio muchos resultados y descubrió que lo que fallaba era la nutrición. Fue así como se metió de lleno en una nueva vida, una en la que tiene su propio negocio de asesoría (www. victorcrossfood.es y @victorcrossfood en Instagram) y una comunidad de más de 30.000 seguidores en redes sociales como Instagram, TikTok, YouTube y Telegram.

Y es que uno puede empezar en el gimnasio por ego, inseguridad o autoestima baja. «No solo es el físico, que también. Hacer deporte libera endorfinas y tiene un montón de beneficios: te hace sentir y verte mejor», subraya el joven, de 25 años.

En cuanto descubrió las posibilidades del mundo de la alimentación, se dispuso a formarse. «Estudié el ciclo superior de Dietética y, mientras tanto, descubrí el crossfit», recuerda Víctor de la Cruz, que también obtuvo el título de entrenador en ese deporte y ejerció en Crossfit El Templo.

En 2016 comenzó a asesorar a unas diez personas habituales de esas instalaciones, fijándose y aprendiendo de otros profesionales, así como complementando su formación con cursos de nutrición deportiva. «Fui cogiendo experiencia y eso es lo que te da buena base para seguir creciendo poco a poco», apunta.

«Me iba bien, pero no me acababa de sentir cómodo con lo que hacía», recuerda. Así que se formó en marketing digital durante el confinamiento y fue entonces cuando se atrevió a grabarse con su móvil. «Ahí empezó a ir todo hacia arriba y consolidarse», añade. Emplea las redes sociales para concienciar y dar fundamentos de nutrición «para que la gente pueda valerse por sí misma y no pague un nutricionista durante toda su vida».

A su negocio online, Cross&Foods, le ha incorporado recientemente planes de entrenamiento, pero el 95% están centrados en nutrición. «No solo se oferta la asesoría individualizada, sino también info-productos como e-books para explicar los diferentes tipos de hambre o cursos de varias horas», señala De la Cruz. Además, dispone de una academia con acceso a vídeos, documentos y clases en directo. Su producto premium es una asesoría de un año en comunidad, con clases cada 15 días y dietas personalizadas.

Rechaza el marketing actual de la industria alimenticia, con alimentos ultraprocesados «que se graban en tu subconsciente y sin querer los comemos». Explica que es algo que «cambia» al entender cómo funciona el hambre o al incluir hábitos como la meditación.

Asegura que la gran mayoría sabe lo que hay que comer, pero no lo hace y señala como principal error la ingesta insuficiente de proteína. «Forma las estructuras y construye la masa muscular. También es útil para perder grasa porque es muy saciante», recuerda. Aconseja 2 gramos por kilo corporal al día y practicar deporte, puesto que «es salud» y mejora la mente y los sistemas óseo y articular.

Seis años después, afirma estar «muy contento» con su trabajo, en el que es su propio jefe. Un programa por el que han pasado casi 500 personas desde los inicios sumando todas sus modalidades. «Tengo un negocio online que puedo gestionar desde cualquier lugar: en Zamora, donde vive mi novia; o en Salamanca, donde tengo amigos», subraya. Otro de sus hobbies es visitar los distintos boxes de crossfit de cada ciudad.