«Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos»

A. Benito
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En la provincia hay cerca de 3.000 gitanos. De ellos, más de 1.600 viven en la capital, en cuyo Consistorio se ha presentado un escrito para la creación del Consejo del Pueblo Gitano, un órgano contemplado en el Reglamento de Participación Ciudadana

«Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos» - Foto: Juan Mellado

Son muy pocas las ciudades que cuentan con un Consejo Municipal del Pueblo Gitano. En Castilla y León, Palencia puede ser la primera gracias a la iniciativa de los colectivos Jóvenes Flamencos, Jóvenes en Acción, Asociación de Payas y Gitanas Romí, Asociación de Gitanos de Palencia (Gipal) y Fundación Secretariado Gitano, que han registrado un escrito en el Consistorio para la puesta en marcha de este órgano. 

Tal y como informó hace algunas semanas Diario Palentino, al colectivo gitano le preocupa mucho el alto índice de desempleo, así como el fracaso escolar de niños y jóvenes, de ahí esta propuesta que nace con el objetivo de beneficiar a toda la sociedad palentina. 

En este sentido, y según recoge el texto presentado en el Ayuntamiento, las funciones del Consejo Municipal Gitano serán, entre otras, informar sobre las necesidades de las personas gitanas y estudiar conjuntamente soluciones; colaborar en los programas o estudios que se relacionen con las personas gitanas; proponer y asesorar en la elaboración de un presupuesto anual; fomentar convenios de colaboración entre el Ayuntamiento y las demas instituciones locales, provinciales, regionales, centrales y comunitarias; o proponer la realización de campañas de sensibilización e información que contribuyan a mejorar la calidad de vida del pueblo gitano.

«Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos» «Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos» - Foto: Juan MelladoDiego Hernández, presidente de Gipal y una de las personas más implicadas en el proyecto, habla con DP y explica qué es lo que ha animado al pueblo gitano palentino a iniciar la creación de esta herramienta que, ante todo, quiere ser una vía de comunicación entre payos y gitanos.

En primer lugar, ¿podría detallar en qué consiste esa propuesta que se ha presentado en el Ayuntamiento de Palencia y cuáles serían las principales funciones del Consejo Gitano?

El Consejo Local del Pueblo Gitano quiere ser un órgano de representación, de participación, de consulta y de interlocución entre el movimiento asociativo del pueblo gitano y la administración municipal en los temas referidos a la integración, promoción y apoyo en todos los ámbitos de la vida social, laboral, cultural, educativa, económica o política, y defensa de sus derechos para la consecución de la igualdad efectiva y de la no discriminación entre todos los ciudadanos. 

«Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos» «Queremos darnos a conocer y derribar los estereotipos» - Foto: Juan MelladoDesde nuestra más humilde aportación y con buena fe, nuestro objetivo es crear este consejo para el beneficio de toda la sociedad palentina, dentro de la cual hay un pueblo que ni está representado, ni se le escucha, ni está atendido. Eso trae repercusiones, porque si hay una serie de carencias, el malestar se traslada al resto de la sociedad. Nosotros tenemos la voluntad de hacer de rastreadores para transmitir las necesidades de los ciudadanos gitanos lo antes posible a las instituciones, para que no se generen perjuicios mayores. 

¿Quiénes formarían parte del mismo?

El presidente del Consejo tiene que ser el alcalde y como vocales estarían la concejala de Servicios Sociales, un representante de cada partido político con representación municipal, otro de cada asociación de personas gitanas, así como portavoces de los sindicatos, de los empresarios y de las áreas de igualdad y educación. En cuanto a las asociaciones gitanas, estamos todas unidas para la puesta en marcha de este órgano. 

¿Qué es lo que les ha animado a poner en marcha esta iniciativa?

La desigualdad que hay entre los ciudadanos de Palencia. Eso de que todos somos iguales es totalmente falso, cuando hay que afrontar los problemas reales del pueblo gitano todo son barreras y obstáculos. Siempre somos culpables, aunque no sabemos muy bien de qué. Y también, el cúmulo de quejas. Una parte de España es gitana, y como ciudadanos españoles gitanos, sabemos cuáles son nuestros derechos y queremos tener voz. 

Habla usted de «cúmulo de quejas». ¿Cuáles son las principales necesidades de la comunidad gitana de Palencia?

A raíz de la crisis, las quejas han aumentado. Nos hemos sentido desprotegidos y discriminados, sobre todo en cuanto a los mercadillos. Hace algunas semanas el dueño de un puesto dio positivo y han cerrado el mercadillo durante un mes, a pesar de ser una actividad que se desarrolla al aire libre, en la que no ha habido aglomeraciones y que ha respetado todas las precauciones sanitarias. Esa actitud es claramente racista. No se dan cuenta de que de cada puesto del mercadillo, y hay 170, dependen 5 o 6 personas, como mínimo, y que si no se puede vivir de eso, la gente tiene que salir a buscarse la vida. Por tanto, uno de los objetivos del Consejo Gitano será conseguir que las personas gitanas tengan voz y voto en temas como el del mercadillo. Estamos hablando de trabajar, no de ir a una bolsa de comida. También queremos saber qué va a pasar con nuestros recibos del puesto del mercadillo. No nos dan solución y, es más, nos suben los intereses  sin demora. Esto está generando desgracia económica, pero también cierta humillación. Insisto, al final lo que ocurre es que la gente tiene que salir a buscarse la vida, con virus o sin virus. 

También estamos un poco cansados de que la gente se piense que comemos todos de la misma olla. Es verdad que compartimos y nos ayudamos, no solo entre gitanos, sino también a otras familias que lo necesitan. ¿Eso es malo? Yo creo que no. 

A nivel vivienda, hay quienes no quieren vender o alquilar a gitanos, cuando hay muchos que están pagando su hipoteca o su renta como todos los demás, pero eso la gente no lo ve. 

Los gitanos también hemos aportado muchas cosas a este país. A nivel internacional, somos Marca España. Se nos respeta más en el extranjero que en nuestro propio país.

Por lo tanto, otra de las funciones del Consejo Gitano será tratar de desmontar ciertos estereotipos, ¿no es así?

Sí, queremos quitarnos de encima la mochila que llevamos. Somos conscientes de que vamos a tener que remar a contracorriente y que va a costar, pero estamos dispuestos a intentarlo. Sabemos que llegan partidas económicas europeas para el desarrollo de las poblaciones más desfavorecidas y nuestro deseo es que se utilicen para generar bienestar social. De esa forma, podremos aportar lo que aporta el resto de la sociedad: trabajo y cotización para que el día de mañana se puedan mantener las prestaciones. Hasta el momento, ningún partido político está por la labor de ayudarnos, así que hemos decidido hablar por nosotros mismos. Por suerte, en Palencia hay muchos jóvenes que han dicho basta ya, o todos o ninguno. Estamos cansados de la discriminación y el racismo, de tener miedo en una entrevista de trabajo a que descubran que eres gitano. Hay veces que te sientes indefenso y es muy triste verte obligado a ocultar tu propia cultura. La Constitución dice que tenemos el derecho a expresarnos tal y como somos, pero lo cierto es que los gitanos no podemos hacerlo y cuando en algún trabajo se enteran de nuestra raza, empiezan a desconfiar, a mirar la caja registradora... Eso es muy incómodo, a pesar de que hay empresas que se han quedado sorprendidas de lo bien que trabajamos los gitanos. Otras se aprovechan porque les dan subvenciones si contratan a minorías. 

Tenemos un potencial que nadie quiere descubrir: los jóvenes. De los 3.000 gitanos que hay en Palencia, el 80% son menores de 30 años, un diamante en bruto, y nadie se da cuenta. Queremos funcionar. ¿Falta formación? Claro, pero tampoco las instituciones están por la labor de ayudarnos. Lo que pasa es que, al final, esa juventud tan preciosa se pierde. Esto se tiene que terminar de alguna forma, igual que la segregación en los colegios. No entendemos cómo en un país como el nuestro, en pleno siglo XXI, puede ocurrir esto. 

Otro objetivo del Consejo es que los payos nos den la oportunidad de conocernos. Los estereotipos que se han creado de nosotros no se corresponden con la realidad. Nosotros no juzgamos a los demás por su raza o el lugar en el que viven, no creemos que todos los vascos sean etarras, los andaluces vagos y los catalanes agarrados. Tampoco todos los gitanos somos iguales, ni pertenecemos a la misma familia. Lo que hay que entender es que un pueblo al que se le ha maltratado, discriminado y apartado a lo largo de la historia, no puede tener todas las cosas buenas, porque se le ha obligado a hacerse un grupo cerrado. En definitiva, tú no te fías de mí, pero yo tampoco me fío de ti, dicho de otro modo, no estamos educados, ni unos ni otros, para entendernos. 

Lo que hay que buscar, por lo tanto, es lo que une a payos y gitanos, no lo que les separa

Efectivamente. Nos dicen que tenemos que integrarnos, pero hay gente que no entiende que también tenemos el derecho a mantener nuestra propia cultura, que es tan rica como cualquiera. Los gitanos no somos conquistadores, ni hemos maltratado a nadie. Al contrario, hemos compartido todo y somos un pueblo pacífico, lleno de arte y respeto, que convive, se emociona y siente.  

Como ya he dicho, queremos que nos conozcan, que la sociedad palentina comprenda por qué estamos un poco más atrás. Lo que nos une es vivir, trabajar, pagar y poder desarrollarnos, no hay otra cuestión. 

En cuanto a las mujeres gitanas, ¿cuál es su papel en la actualidad? 

Es la que manda en casa, la que mantiene el nivel social y en muchas ocasiones económico de la familia y la que educa a los niños. La presidenta del partido político que queremos poner en marcha, por ejemplo, es una mujer.

Además, cada vez hay más gitanos con formación

En España hay más de 200 gitanos titulados: médicos, profesores, policías, celadores, profesores, abogados, ingenieros... Mi hija es letrada, ha estudiado en la Universidad de Burgos y ahora se está sacando un máster en Valladolid. 

Es una vergüenza para el Ayuntamiento de Palencia, para la Junta de Castilla y León y para el Estado que el pueblo gitano no tenga opción de crear personas válidas que se desarrollen y aporten. Llevamos veinte años de atraso respecto a los demás, pero la gente tiene que comprender por qué. 

Hay que hacer mucha pedagogía. Por eso, con esta iniciativa también tendemos la mano y nos ofrecemos a informar a nuestros niños, dirigirles, llevarles por el buen camino y, en definitiva, corregir las desigualdades por el bien de todos.  

Nosotros tenemos muchos errores que corregir, de acuerdo, pero necesitamos facilidades y el apoyo de las instituciones. ¿Cómo vamos a pagar la comunidad si no tenemos para comer? ¿Cómo no vamos a dar una patada en la puerta para entrar a una vivienda que está vacía si no tenemos donde vivir? El camino, como ya he dicho, es el bienestar social y económico, y al mismo tiempo cultura y educación. Al final, todo es cuestión de dinero. 

¿Desde el Ayuntamiento les han dicho algo respecto a la creación del Consejo Gitano?

De momento no sabemos nada, pero creemos que ya se debería de haber aprobado. El Ayuntamiento se tiene que involucrar en esto.

Con respecto a Un Mundo Abierto, ese partido que están intentando poner en marcha, ¿qué pueden contar?

Es el mismo que el que existe en la ciudad de Valladolid. Vamos a ver cómo funciona de cara a las próximas elecciones municipales, pero sin precipitarnos. 

En cualquier caso, se trata de una opción plural, no solo para los gitanos, hay mucha gente que no es gitana y lo está pasando muy mal. Eso tiene que quedar muy claro: tanto el Consejo Gitano como Un Mundo Abierto son propuestas para mejorar la sociedad en su conjunto. 

Si quiere, puede aprovechar la ocasión para dirigirse a esas personas que tienen una visión negativa de los gitanos

Hay mucha gente que nos ve en blanco y negro, su imagen de nosotros es en negativo, y nosotros lo que queremos es que nos vean en color, tal y como somos. Vamos a conocernos.

Y a las administraciones, ¿qué les dice?

Queremos con este proyecto que los derechos y obligaciones del pueblo gitano sean escuchados. Queremos ser atendidos y atender, por el bienestar de toda la sociedad. La juventud gitana vale y se merece una oportunidad. Hay muchos gitanos capacitados a los que se les ha permitido trabajar y ya no quieren vivir ni de la paga, ni del mercado. Eso es lo que necesitamos, que se nos abran las puertas al empleo. 

No buscamos lágrimas ni compasión. Somos suficientemente fuertes y tenemos desparpajo para aprender lo que sea y trabajar o montar nuestros negocios, porque hemos sido comerciantes. Sabemos que el esfuerzo particular de cada uno da frutos. Por eso, lo único que queremos es que se nos escuche de una vez. Lo que sí necesitamos son activistas, gente que quiera apoyarnos.