María Cristina reclama el soterramiento de la fibra óptica

Ismael Martín
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Los vecinos se quejan del nefasto servicio de limpieza existente durante las fiestas y de que se instalen las casetas de tapas tan próximas a sus viviendas

María Cristina reclama el soterramiento de la fibra óptica - Foto: Óscar Navarro

El barrio de María Cristina, junto al parque del Salón, es totalmente residencial. «Al ser un barrio tan pequeño nos sentimos un poco abandonados por el Ayuntamiento en relación a determinadas cuestiones», comenta Teodoro Fernández, vicepresidente de la asociación de vecinos.

Uno de los problemas centrales es el que concierne a la fibra óptica. «Somos el único barrio de la capital que no está dotado de este importante servicio. La causa es que es un barrio protegido y la normativa de la Junta actual no permite tirar instalaciones nuevas por las fachadas de las casas», explica. De esta forma, «tienen que soterrar los cables para que los vecinos podamos tener un acceso igual que cualquier otro ciudadano. Es un tema que hemos hablado con el Ayuntamiento en repetidas ocasiones desde hace cuatro o cinco años, pero no tenemos ninguna solución. No sabemos qué va a pasar ahora cuando desaparezcan los cables de cobre  que tienen los días contados», lamenta Fernández. 

La tranquilidad existente se rompe cuando llegan las fiestas. «Pedimos que se reduzca un poco el número de eventos en el parque del Salón y se distribuyan por la ciudad. Este año ha sido demasiado. Asumimos el ruido de donde vivimos, pero no las consecuencias derivadas», asegura. 

problemas. Una de las quejas sobre las que hace hincapié el vicepresidente de la asociación vecinal es el servicio de limpieza «nefasto» durante las fiestas. «Ha estado el barrio muy sucio. Hablamos con el Ayuntamiento porque los primeros días de conciertos no había ni un servicio público y luego colocó cinco, una cifra insuficiente. Esto hizo que la gente fuese a orinar a nuestras calles del barrio», puntualiza. 

La colocación de las casetas durante las fiestas también es objeto de queja. «Nos las pusieron pegadas a las casas y esto no puede ser porque la gente tiene derecho a estar tranquila en su casa. No se puede hacer una aglomeración de nueve casetas, se tienen que distribuir por toda Palencia», declara. El hecho de no haber separación con las viviendas hizo que «además de los olores que se desprendían, hubiera gente que tiraba los platos en los jardines», afirma Fernández. 

Otra cuestión a mejorar en el barrio es la de la iluminación. «Es mejorable en la calle Nuestra Señora de Rocamador porque los árboles tapan la luz. No es cuestión de quitar los árboles sino de subir un poco las farolas», arguye. Aparte de esto, Fernández pide cambiar la maquinaria de limpieza que se utiliza por una eléctrica y así reducir el ruido.