Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


¿Forma usted parte de las CMT y no lo sabe?

15/09/2022

Dicen los expertos que la mejor estrategia de comunicación es la que no se nota, y la peor, la que resulta demasiado evidente. Ignoro quién diseña ahora esta estrategia para el inquilino de La Moncloa, pero me parece evidente que no está acertando en absoluto. Sánchez repite una y otra vez muletillas arcaicas, como que los demás 'no arriman el hombro' en apoyo de las cosas razonables que el Gobierno predica. Y sus ataques desmedidos a la oposición, a los empresarios y a las 'terminales mediáticas' de la derecha creo que actúan en su contra: actúa como si estuviese en una oposición 'gauchista' a su propio Gobierno, que en el fondo defiende al sistema, aunque ocasionalmente no lo parezca. Y la sociedad que recibe estos mensajes ha cambiado mucho. Por ejemplo, me pregunto y pregunto: ¿qué es eso de las CMT?
Bueno, las CMT son unas siglas que pongo ahora en circulación y que corresponden a la reiteración del presidente a la hora de afirmar que su Gobierno trabaja "en favor de las clases medias trabajadoras". He preguntado, palabra de honor, a bastantes personas situadas en diversos estratos sociales, políticos y económicos: ¿sabes lo que son las CMT?¿Te encuadras en eso que podría llamarse 'clases medias trabajadoras'?
He apreciado notable desconcierto ante mi cuestión. Unos no saben exactamente dónde empiezan y terminan los límites de eso que se llama 'clase media'. Y todos, menos algunos jubilados (no todos) y unos cuantos desesperados por su pertinaz desempleo se sienten trabajadores, sin saber muy bien si este término se identifica y compadece con el de 'obrero', en desuso, que figura en las siglas del PSOE. Habría que aquilatar más cuidadosamente, sospecho.
Yo creía que un Gobierno debe trabajar en favor de todos; de los que se sienten al borde de la exclusión, de los pobres que no se perciben como 'clases medias'; pero sin hostigar necesariamente cada vez que te asomas a una televisión o a un micro cualquiera 'a los ricos', a los 'empresarios'. El concepto de ricachón con un puro en la boca, escondido en oscuros 'cenáculos', es algo que también está en desuso. No deja de ser una antigualla, más propia de los geniales dibujos de Perich y Chumi Chumez que de los tiempos que corren.
Opino que Sánchez, con sus genéricos ataques 'a los poderosos' -siendo él, por cierto, el hombre más poderoso de España_, yerra el tiro y transita por tiempos ya muy pretéritos, en los que 'liberalismo' era 'laissez faire, laissez passer' y la persuasión de las masas se resumía en un goebbeliano 'lo hacemos todo bien, y los demás, todo mal', que enmascaraba otras mucho más poliédricas realidades.
Todo esto lo meditaba yo escuchando este miércoles la sesión, una más inútil, de control parlamentario al Gobierno, donde definitivamente los oídos sordos ante los argumentos del contrario es lo que impera en todos los feudos políticos. De ninguna manera diré que en el diseño de la comunicación política echamos de menos a Iván Redondo, cada vez más lanzado a cuevas casi esotéricas. Pero empiezo a sospechar que quien asesora al presidente de todos nosotros, quien le escribe las líneas maestras de su discurso, está mayor: 'trabajador fijo discontinuo' no es un trabajador normal, con puesto de trabajo fijo. Y así, otros muchos ejemplos: hay que devolver a las palabras, a los conceptos, su valor real, y así lo deben entender quienes se están convirtiendo en meros fabricantes de frases huecas.
Porque no quiero ni pensar en que sea el propio Sánchez el que se ha erigido en su propio director de comunicación. Así, va directo a la derrota. Porque CMT no somos todos. Quizá no lo seamos del todo ninguno y ni siquiera, aún, lo sepamos.

 

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