Vivir en el medio rural es un lujo, pero también un gran inconveniente a la hora de desarrollar una vida plena cuando se es diferente al resto y uno se aleja de los cánones establecidos por una sociedad que todavía tiene mucho que aprender.

Así lo recoge, con la dureza que requiere y grandes dosis de realismo, el director saldañés Pablo Quijano en su cortometraje Marinera de luces, en el que refleja parte de sus vivencias. En él narra la historia de Vera, una chica transexual en un pueblo de provincias obsesionada con que nadie de su entorno la mira como a una mujer de verdad. Todas sus amigas tienen pareja, y viven una vida amorosa en plena efervescencia, mientras que ella, aunque se mira en el espejo y se siente bien, se encuentra totalmente sola, a la espera de un marinero de luces (como el popular tema de Isabel Pantoja) que nunca llega.

El corto se ha filmado íntegramente en Saldaña, tanto las escenas exteriores como las tomas en el interior. «Me hacía mucha ilusión rodar en Saldaña, porque es un pueblo precioso del que nunca me desvincularé porque allí está mucha de la gente a la que más quiero. Trabajar aquí ha sido increíble, porque todo el mundo se ha volcado», señala el joven director.

Un escenario de película

Hasta la capital de  la Vega se desplazó desde Madrid un equipo de 25 personas entre actores y cuerpo técnico. El elenco está formado por intérpretes de la talla de Mariola Fuentes (Hable con ella) y la protagonista, Laura Corbacho (Paquita Salas, Veneno), que comparten escenas con Jorge Suquet, Alicia Armenteros, Sandra Martín, Rosa Marti, Alejandra Mendoza y Belén Écija. Gente muy joven, con la que Quijano pone también en valor el talento de las nuevas generaciones, pues la inmensa mayoría ronda la veintena.

El estreno tendrá lugar el próximo mes de diciembre en la casa de la cultura, en una fecha aún por concretar, aunque sí quiere hacerlo coincidir con las fiestas de Navidad. Con la venta de entradas anticipadas al precio de cinco euros ha financiado en parte el proyecto, en el que también colaboran el hotel Villa Romana La Olmeda, Saldaña, La Brasa, El Bodegón, Fademur y el Ayuntamiento. Un crowdfunding cien por cien saldañés.

Rodar en tiempos de Covid no ha sido nada fácil. En su caso lo han hecho extremando las medida de seguridad, manteniendo las distancias y desprendiéndose los actores de las mascarillas tan solo en el instante de rodar. Además, y aunque se hayan hecho pruebas PCR, evita que los intérpretes se besen en la ficción. «Rodamos con más miedo, pero es nuestro trabajo, no podemos parar», señala.

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Sobre la situación actual que atraviesa el sector, asegura que está «sumamente decepcionado con el Gobierno, porque si la izquierda, a la que toda la gente de la cultura hemos votado, no nos apoya, no sé quién lo va a hacer. Nos sentimos vendidos y desahuciados».