Cascajares: un referente de la agroalimentación

Carlos H. Sanz
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El proyecto empresarial que nació en una granja campera de capones en Villalba de los Alcores hace tres décadas se ha convertido en una marca con gran proyección nacional e internacional

Cascajares: un referente de la agroalimentación

Industria Gastronómica Cascajares nació en 1994, cuando dos jóvenes vallisoletanos de apenas 20 años, Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila y Francisco Iglesias, pusieron 160.000 pesetas para poner en marcha la primera granja campera de capones criados en semilibertad en la localidad de Villalba de los Alcores (Valladolid) con un sistema único en España de castración avícola. Una auténtica aventura a la que se vieron empujados pese a que, tal y como reconocería el propio Alfonso Jiménez en una entrevista a DP años después, no tenían «ni experiencia ni dinero ni trayectoria» pero sí «mucha ilusión».

El hecho de envasar el producto nació como una necesidad, ya que Jiménez e Iglesias se dieron de bruces con una superproducción de 1.000 capones cuando solo comercializaban un centenar, por lo que decidieron darles salida cocinados y en lata. Además, optaron por ofrecer también las crestas de gallo confitadas en grasa de pato, una propuesta que le abrió muchas puertas en la hostelería de más alto nivel. 

Con una inversión de 120.000 euros, Cascajares se mudó a Villamuriel, donde levantó su nueva planta de elaboración. Progresivamente, amplió la fabricación y comercialización de los productos elaborados derivados del gallo de corral a la conserva de caza menor y a la creación de una amplia gama de productos rellenos.

Cascajares: un referente de la agroalimentaciónCascajares: un referente de la agroalimentación - Foto: Óscar NavarroPoco a poco, Cascajares se ganó renombre a nivel nacional, ya que gracias a su buen hacer y a su creatividad nutría de productos de contrastada calidad a los restauradores más prestigiosos del país, logrando una red de distribuidores en las Islas Baleares, Cataluña, Asturias, Valencia, Madrid, Cantabria, Extremadura y el País Vasco, ampliándose poco después a todo el territorio nacional. 

Sin embargo, fue en 2004 cuando Cascajares se hizo conocida dentro y fuera de España. El motivo fue que su capón se convirtió en el protagonista del menú que se sirvió en el banquete del enlace real entre el Príncipe Felipe y Doña Letizia Ortiz. 

Miembros de las casas reales y jefes de Estado de todo el mundo, junto al resto de invitados a la boda, saborearon los 600 capones nacidos y criados en el Cerrado que Cascajares facilitó al restaurante madrileño Jockey -encargado de realizar el menú nupcial- para la preparación del plato fuerte del banquete: el capón en salsa.

Cascajares: un referente de la agroalimentaciónCascajares: un referente de la agroalimentaciónLa empresa dio un gran salto que le obligó a mudarse, tras una inversión de 1,2 millones de euros, a unas instalaciones más modernas y amplias en el polígono industrial de Dueñas, convirtiéndose en una empresa referente del sector agroalimentario a nivel provincial, regional y nacional. 

Cascajares gestionó el éxito con acierto y asentó las bases de su expansión internacional, que se materializó en 2009 llevando sus productos a Canadá y, dos años después, con la inauguraron su propia fábrica de elaboración en la ciudad canadiense de Saint-Hyacinthe (Quebec) tras una inversión de 3 millones de dólares con el objetivo de llegar a todo Estados Unidos bajo la marca Chef Brigade. Para entonces, Cascajares ya tenía presencia en Europa, Japón y Latinoamérica.

Reconocimientos. En estas tres décadas, la empresa palentina se ha convertido en un referente del sector de la transformación y elaboración de productos cárnicos de gran calidad, siendo reconocida por su amplia carta de asados, de la mano de capones, pavos, pulardas, corderos y cochinillos. Solo en su última campaña de Navidad, unas 500.000 personas pudieron degustar sus productos, mientras que su progreso empresarial se tradujo durante su último año fiscal en una facturación de 9,98 millones de euros, a los que hay que sumar las ventas de su fábrica en Quebec (Canadá) por un total 6,5 millones de dólares canadienses.

Cascajares: un referente de la agroalimentaciónCascajares: un referente de la agroalimentación - Foto: JUAN LAZAROUn recorrido que le ha deparado multitud de reconocimientos, como los Premios al Mejor Joven Empresario (1998, Valladolid), al Joven Empresario de Castilla y León (2001) y al Joven Empresario por la Obra Social (2006). En mayo de 2006, la Junta concedió a Cascajares uno de los Premios al Sector Agrario y Agroindustrial, concretamente, el Premio Tomás Pascual a la Iniciativa Agroindustrial. Además, ostenta dos reconocimientos de la Cámara de Comercio de Palencia, por su apuesta por la innovación, calidad, I+D y nuevas tecnologías (2007) y la Medalla de Oro (2014).

También fue reconocida como la mejor Pyme de España del año 2011 por la revista Emprendedores, y en 2009, el Ministerio de Agricultura homenajeó a Alfonso Jiménez con el Premio Alimentos de España.

Su último galardón fue en noviembre de 2022, cuando la Cámara de Comercio de España, el Banco Santander y Diario Palentino le entregaron el galardón Pyme del Año. El jurado eligió a la firma eldanense entre 40 empresas por «su constante crecimiento y trayectoria de 30 años».

Compromiso social. Además de su exitosa trayectoria empresarial, Cascajares ha destacado también porque siempre ha estado implicada con los sectores menos favorecidos. Un compromiso que se ha traducido en que entre una cuarta parte y un tercio de su plantilla son personas con algún tipo de discapacidad física o intelectual, pero también en una Fundación encargada de celebrar un evento que ha permitido recaudar miles de euros: sus subastas de capones.

Desde el año 2000, Alfonso Jiménez luce cada año sus mejores galas para recibir en Madrid a muchas personalidades del mundo social, político y económico para participar en una subasta de capones que ha logrado recaudar miles y miles de euros con fines solidarios. El pasado mes de noviembre, el salón circular del hotel Westin Palace albergó la XXIII edición, a la que acudieron unas 400 personas y que estuvo conducida por Agatha Ruíz de la Prada y Boris Izaguirre. 

En total, se recaudaron 82.415 euros para la Fundación Nuevo Futuro, dinero que destinarán a fomentar la autonomía y la inclusión social de los jóvenes con capacidades diferentes que saldrán de los hogares que tutelan tras cumplir la mayoría de edad.