La espada cincel, novela de un grande de Castilla

David Herrero (ICAL)
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El escritor palentino Asier Aparicio reedita la publicación para ensalzar el trabajo de Alonso Berruguete en el retablo de San Benito

La espada cincel, novela de un grande de Castilla - Foto: Brágimo

De palentino a palentino. Así es la reedición de La espada cincel, la nueva novela histórica de Asier Aparicio que narra las vivencias de Alonso Berruguete en la corte de Carlos V durante 1527, un año caracterizado por un gran número de acontecimientos ocurridos en Valladolid, como el nacimiento de Felipe II, las conferencias erasmistas o la llegada de las noticias sobre el saqueo de Roma.


Todos estos hechos se dan cita en la mente y en las pasiones de Alonso Berruguete, además de plasmar los entresijos e inconvenientes como consecuencia de la firma del contrato para hacer el retablo de San Benito, que se prolongará durante cinco años. Y es que, la novela se centra en el pleito entre Fray Alonso de Toro, el prior benedictino que encargó el retablo, y el artista palentino, hijo del pintor Pedro Berruguete y referente fundamental de la escultura española durante el Renacimiento.


La problemática radica en las diferencias entre ambos, dado que el abad contrató al palentino «por su fama, pero, tras observar los primeros trazos de la obra, se retracta al considerar que esculpe de una manera muy desgarradora y tosca», resume en declaraciones a la Agencia Ical el escritor de la obra, Asier Aparicio.


No cesan los encontronazos. Alonso del Toro se opone a que «el resto de clérigos puedan contemplar y meditar ante tal obra». Aun así, Berruguete hace oídos sordos, al obviar las críticas, quien deja claro que no va a cambiar su forma de trabajar, además de recalcar que va a cumplir lo firmado.


La escritura va unida por el «amor a la tierra», con el objetivo de que «la historia y el arte lleguen a más gente de la mano del carácter lúdico de la literatura». No obstante, reconoce que Alonso Berruguete «es un grande que se educó en Roma con Miguel Ángel o Rafael». «Es necesario sacar pecho, ya que es uno de los mejores escultores de la escuela castellana en el Renacimiento», aclara Aparicio.


La novela se publicó hace nueve años, pero existía un hueco al llevar cerca de cuatro años de desabastecimiento, tras tres tiradas agotadas. Por ello, con la nueva reedición, apunta que ha corregido algunos detalles para «el agrado de los puristas de la Historia del Arte».


Además, subraya que ha añadido un relato sobre Gregorio Fernández y un yacente, así como una historia policíaca de corrupción en torno a uno de los validos de la corte de Felipe III, el también duque de Lerma.


Deja claro que así «se quita la espina con el otro gran imaginero de Valladolid». De igual manera, homenajea al Museo San Gregorio, «al ser un acercamiento al arte que está enfocado a aquellas personas que no conocen la existencia del Museo Nacional de Escultura», el cual alberga muchas obras y esculturas que procesionan en la Semana Santa vallisoletana.


PROYECTOS FUTUROS. Aparicio comenta que estará presente en la Feria de Valladolid y atenderá a los lectores el domingo 27, en horario de tarde, y el miércoles 30 en la caseta de M.A.R. Editor. Respecto a los proyectos futuros, destaca que la novela histórica «la tiene trillada», con otros ejemplares sobre el Canal de Castilla o la Palencia medieval.


Tras los últimos trabajos sobre ciencia ficción, adelanta que el próximo redundará en torno al teatro o la finalización de una saga infantil, al contar con tres relatos del duende Ventolino, que han sido completados con otros cuatro más, para así sacar una publicación conformada por los siete libros, enumera.


Reconoce que es un apasionado de la novela histórica, pero eso no quiere decir que se estanque en ella, dado que «toca muchos palos y suele retarse como autor». Es importante «no coger siempre un camino fácil a la hora de variar en la tipología de los géneros», apostilla el escritor.


Asier Aparicio Fernández nació en el País Vasco en 1976, pero desde niño reside en Palencia. Licenciado en Teología y diplomado en Educación Social, trabaja como profesor de Lengua y Literatura en ESO y Bachillerato.