Presentación de los más pequeños de la casa

DP
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La Compañía acogió la bendición de los niños en una celebración en la que, dada la situación de crisis sanitaria que se mantiene, tampoco pudieron pasar bajo el manto protector de la Virgen de la Calle aunque sí acercarse

Presentación de los más pequeños de la casa - Foto: Sara Muniosguren

Con el himno a la Virgen de la Calle,  una de las cuatro estrofas dice El amor que os profesa Palencia, / ha plasmado en hermosa corona, / que, en un día de triunfo, Señora, /a tus sienes de Reina ciñó, concluyó la celebración ritual  de presentación y bendición de niños en La Compañía. En este templo se dieron cita familias que quisieron presentar a la patrona a los pequeños; «niños que -señaló el párroco Aurelio Báscones- necesitan siempre la ayuda de los adultos para seguir creciendo en sus cualidades humanas, para seguir creciendo en valores, para seguir creciendo en sabiduría, para alcanzar así la madurez humana y cristiana». «Cuando traéis a vuestros hijos a la bendición, hay también compromiso», señaló también el sacerdote.  

Este año tampoco se pasó a los niños por el manto protector de la Virgen de la Calle, si bien en estricto orden los padres se acercaron hasta la patrona para presentar a sus hijos, a la vez que se les hacía entrega de una estampa. 

La tradición tiene su origen en la presentación en el templo del Niño Jesús, concluyendo así la celebración de la Navidad. Son muchas las generaciones que han seguido una de las celebraciones más típicas de la festividad de la patrona, en los febreros de este año y el pasado condicionado por la pandemia. 

Esta celebración se enmarca en el capítulo de actos religiosos que organiza la cofradía de la Virgen de la Calle, apartado en el que se inscribe la novena presidida por las parroquias de la ciudad y en la que no falta el cántico del himno, así como la eucaristía que ayer presidió el obispo, Manuel Herrero. 

Este, en su homilía, respecto a cómo celebrar la fiesta en honor a la patrona, señaló que «siendo luz para los demás; asumiendo como Jesús nuestros condicionamientos humanos, incluso la muerte, la sujeción a la ley, y llevando la luz a los demás». 

«Seamos luz secundando la gloria del Señor, es decir, continuando sus gestas, liberando a los hermanos de tantas esclavitudes que nos dejan ser felices; seamos luz siendo hombres y mujeres que vivimos la cultura del encuentro con todos, sin exclusiones, ni muros, personas que tienden la mano especialmente ahora, cuando la pandemia, que sigue entre nosotros, como nos manifiesta crudamente el último estudio de Cáritas y Foessa», afirmó el prelado.

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