En 2007 calificaba de locura su reaparición con motivo de los 35 años de alternativa. Ahora son 50 y tiene 15 años más…
Pues más locura todavía, pero lo bonito de esta sinrazón es que con el toro te sientes vivo. Para mí es una suerte poder volver a torear y hacerlo con la familia, algo que está al alcance de muy pocos. Por lo tanto, ese paseíllo es para mí una bendición del cielo. Seguro que tendré sensaciones que todavía no he sentido en una plaza de toros.
Aquel 2007 volvía a vestirse de luces, 12 años después, en el mano a mano con su hijo que seguro le produjo un subidón mayor que cualquier triunfo pasado
Así fue. Lo que vives con el toro, al fin y al cabo, es un cúmulo de sensaciones y emociones, pues es un reencuentro contigo mismo, tanto en la faceta artística como humana. Yo con mi hijo sentí esas sensaciones hace 15 años, y el próximo 19 de junio en Guijuelo, con Perico, con mi yerno y con mis toros, creo que volveré a sentir otras diferentes e intensas que jamás imaginé.
¿Cómo surgió la idea de celebrar en el ruedo esas cinco décadas de su alternativa?
Recordándome la gente que pronto sería la efeméride. Aquello empezó a dar vueltas en mi cabeza y comencé a tentar algunos novillos que despertaron en mi interior esas sensaciones bonitas que da el toro. Una vez en este punto me dije, si hay que hacer una locura vamos a hacerla completa.
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