Viaje por el norte y por el sur

César Ceinos
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La cultura y el medio ambiente son dos de las grandes aficiones de la periodista palentina Marina Escudero

Marina Escudero - Foto: DP

PASIONES: La fotografía y el baile son dos de sus grandes pasiones, a las que dedica todo el tiempo que puede.

TRAYECTORIA: Procede de la capital, aunque recientemente se afincó en la localidad de Venta de Baños. Estudió Periodismo en Valladolid y, aunque ha vivido en varias ciudades como Barcelona, Nueva Delhi (India) o León, es una enamorada de las tierras y las gentes de Palencia. 

 

Diez lugares de Marina Escudero

1.La plaza de Cervantes de Palencia.  «Soy de las que recuerdan esta plaza desde antes de que estuviera el cañón con las palomas. Para mí, es sinónimo de casa, de abuela, de pan y de ¡ojalá haya aparcamiento en batería! Es el símbolo del barrio en el que crecí y al que vuelvo siempre a ver a mi familia. Un pequeño rincón a la sombra de la catedral».


2.La plaza de Abastos de la capital. «Su nombre me suena a compra de sábado por la mañana, a largos ratos de verano echando una parlada. Me huele a pescado y a congelados. A luz. A familia. Una parada entre los recados de cualquier día. Me recuerda a las peleas con mi madre para que me comprara unos calcetines cada fin de semana, y al puesto de venta de flores que mi tía Antonia tenía en la parte de fuera. Es la plaza».


3.El Centro Social La Ratonera de Venta de Baños.  «Venta de Baños es la localidad que me ha acogido y en la que estoy empezando un largo proyecto de futuro. Para mí, una parte importante de este pueblo es el Centro Social La Ratonera, que está en una de las naves de la carretera de Burgos, al lado del Lupa. La Ratonera es un espacio donde es posible aportar ideas, participar en actividades culturales, sociales, deportivas y de todo tipo y disfrutar con buena gente que tiene ganas de trabajar y hacer cosas para mantener su pueblo vivo».


4.La Universidad Popular de Palencia.  «La llegada del folleto de cursos de la UPP siempre es ilusionante. Una iniciativa que cada año nos da la oportunidad de aprender sobre tan distintos campos que muchas veces es difícil elegir. Las profesoras son estupendas y entre los compañeros he tenido la suerte de formar un estupendo ambiente. Recomiendo especialmente los cursos de fotografía y de yoga. Estoy deseando jubilarme para apuntarme a todo».


5.La reserva de ciervos del monte el Viejo. «Me encantan los animales y es un privilegio poder visitar esa reserva de ciervos cada vez que saco un ratito. Los cachos de pan duro nunca se tiran en mi casa. Se guardan en una bolsa y cuando está llena... al monte. Octubre es un momento especialmente interesante para ir a ver los ciervos, es el momento de la berrea, época de alguna pelea, apareamiento y, claro que sí, berridos.  Además, el entorno es estupendo para darte una vuelta y acabar la tarde en el mirador de la Casa Pequeña, con la ciudad a los pies. Tiene un encanto especial».


6.El pantano de Ruesga.  «Uno de los rincones naturales más bonitos que conozco. Es un regalo poder tenerlo tan cerca de la ciudad, aunque ojalá lo estuviera un poquito más. Es un descanso en las tardes abrasadoras de verano y un lugar del que siempre da un poco de pereza y de pena moverse cuando ya está anocheciendo. El agua tan limpia, los muchos rincones donde tumbarte a disfrutar de la naturaleza y un millón de sendas por las que perderse».


7.El Monte Los Propios de Tariego de Cerrato.  «Recuerdo perfectamente el primer atardecer que vi desde este monte de Tariego de Cerrato. Lo había caminado poco y aún no conocía sus senderos. Era verano, un día claro y el cielo se fue tiñendo de colores rosas, morados y naranjas hasta parecer literalmente en llamas. Me acuerdo de sentir esa belleza que nunca se consigue del todo reflejar en una foto. Aún sigo disfrutando de esa sensación de amplitud. Para mí es, desde luego, el mejor punto de la provincia donde poder maravillarme con el atardecer».


8.La bodega del abuelo en Soto de Cerrato.  «No somos de allí, pero somos una familia grande. Así que el abuelo decidió comprar una bodega en Soto de Cerrato para que tuviéramos un lugar donde celebrar los cumpleaños y reuniones. Allí compartíamos tardes en cuanto hacía buen tiempo. Los mayores cantaban a la luz de la lumbre mientras los niños jugábamos intentando no acabar con las piernas llenas de cardos. Hace poco volví hasta este lugar y subí al cerro que hay detrás para poder ver con perspectiva aquel lugar que tanto recuerdo».


9.La dársena del Canal de Palencia.  «La dársena y el Canal de Castilla son dos de los lugares más bonitos de Palencia para pasear en cualquier época del año. Ya sea lleno de flores o con un agua congelada donde poder jugar a tirar piedrecitas es un lugar accesible, que tiene la capacidad de hacer que te sientas fuera de la ciudad en cinco minutos».


10.El mirador de Piedrasluengas.   «En plena Montaña Palentina, en el último pueblo palentino, Piedrasluengas, al borde de la vecina comunidad autónoma de Cantabria y a los pies del pico Peñalabra, está este mirador desde el que pueden verse hasta los Picos de Europa de León y el Principado de Asturias en un día claro»