La plaza Mayor, el epicentro turístico de la ciudad, tiene desde hace unos meses unos inquilinos no deseados: las ratas. En estado de abandono de uno de los inmuebles de la Bocaplaza sirve de guarida para los roedores, que sin importarles si es día o noche, aprovechan para merodear por la zona en busca de comida.
La situación ha generado las quejas de vecinos, hosteleros y comerciantes, que reclaman al Ayuntamiento que obligue al propietario del edificio a sanearlo. Además, recuerdan que el inmueble fue objeto de un intento de ocupación, por lo que exigen medidas.
No es la primera vez que surgen quejas por este inmueble. En el pasado, también hubo quejas por la falta de mantenimiento, a la cual puso solución el propietario casi de forma inmediata. Ahora, confían en que se actúe con la misma celeridad, para atajar los problemas de imagen y salubridad.