Una guía para un «viajero rápido»

David Herrero (ICAL)
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Una publicación recoge doce inmuebles a modo de primera introducción del turista en el románico palentino

Una guía para un «viajero rápido» - Foto: Brágimo

Bajo el título de Románico imprescindible. Palencia, el historiador y director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real, Jaime Nuño, ha elaborado una guía que pretende ser una pequeña compañera «para un viajero rápido, fundamentalmente de lejos de la zona, con el objetivo de introducir al lector en el rico románico palentino, con más de 200 casos», explica.

La guía recoge una docena testimonios, además de un apéndice dedicado a la singular colección de pilas bautismales palentinas. Por ello, el trabajo más difícil ha sido «destilar todo ese patrimonio y poder resumir todo lo que significa en tan pocos textos», por lo que pretende ser un «primer acercamiento, para observarlo de una forma distinta a lo habitual, con un tratamiento personal», afirma Nuño a la Agencia Ical, en referencia a los más de 30 años que lleva trabajando sobre el románico de la provincia.

Aunque hay elementos en las zonas de Frómista y Carrión de los Condes, el análisis se centra en el espacio alrededor de Aguilar de Campoo, al concentrar gran número de testimonios. Aun así, Jaime Nuño reconoce, algo apenado, que «hay elementos muy interesantes que se han quedado fuera, como sucede con la Iglesia de Villaconancio o la cripta de San Antolín, al estar más dispersos».

rutas para no perderse. El recorrido que plantea la publicación se organiza en cinco sencillas rutas, que se plantean de un modo flexible para que el viajero pueda adaptarlas a su itinerario y a sus tiempos. La guía, de la que se han editado 2.000 ejemplares, cuenta con la colaboración, a modo de dibujos, de José María Pérez, Peridis, impulsor de la fundación.

De esta manera, la selección se centra en los monasterios de Santa María la Real en Aguilar de Campoo, Santa Eufemia de Cozuelos en Olmos de Ojeda y San Andrés de Arroyo en Santibáñez de Ecla; las iglesias de San Salvador en San Salvador de Cantamuda, Santa Marina en Villanueva de las Torres, San Cornelio y San Cipriano en Revilla de Santullán, San Juan Bautista en Moarves de Ojeda, Santiago en Carrión de los Condes y San Martín en Frómista. La docena se completa con dos ermitas: Santa Cecilia en Vallespinoso de Aguilar y San Pelayo en Perazancas de Ojeda. Cada uno de estos doce templos cuenta con elementos representativos o singulares que, de uno u otro modo, los convierten en «parada obligada para el viajero», anuncia.

En relación con la selección, destaca una iglesia que «no incluyó al no caber todas, con todo el dolor de su corazón», confiesa. Es uno de los edificios más «encantadores que hay por la simbiosis entre paisaje y arquitectura, aunque no tenga gran escultura. La imagen de este arte combinado en la pureza de líneas, sobriedad, soledad y paisaje lo refleja Matalbaniega», detalla alagado.

origen palentino. El románico está aquí porque es «hijo de la pobreza», de tal manera que en la zona norte hay mayor número de lugares y representaciones que en el sur, una localización que se debe al ámbito económico. «Sencillamente el norte se estancó y nunca hubo dinero para renovar los edificios románicos, ni tampoco necesidad de ampliarlos en capacidad», destaca.

El arte de la provincia sigue unas pautas comunes, pero diferenciadas a partir de unas circunstancias y unas variaciones regionales. Por ello, el románico palentino suele ser de «bastante calidad en el ámbito arquitectónico, con la utilización de la sillería y la bóveda, algo no muy común en otros lugares». Nuño recalca que la escultura en Cataluña o Galicia es «algo más rara, y es que, la zona del norte de la provincia es muy rica y variada, con grandes artistas y diversidad iconográfica».

No obstante, la diferencia con otros románicos es que el de Palencia es uno de los más conocidos, ya que «la población se identificó muy pronto con este arte, tal vez por falta de otros grandes iconos, que en algunas ocasiones son igual de importantes, pero están poco valorados u ocultados», justifica. De esta manera, desde los años 70, Palencia «ofreció románico, en los momentos de la eclosión del turismo, un atractivo que no ofrecía otras provincias», puntualiza el autor.

retos del patrimonio. El historiador y director del Centro de Estudios del Románico de Santa María la Real asegura que «el románico palentino está potenciado y es más conocido que otros», pero añade que posee otras dificultades, dado que es necesario «revestirlo de actos y mantenerlo continuamente activo».

En segundo lugar, entra en juego su apertura, un aspecto muy importante y que ha centrado el debate durante este verano. En este sentido, Nuño detalla «la frustración de alguien que viene de lejos y se encuentra la puerta cerrada», porque con esas acciones lo que se hace es «vender frustración», sin olvidar «la imagen horrorosa que se lleva el visitante, no del románico, sino de la provincia», añade.

Es importante trabajar para poder enseñar el patrimonio, pero también hay que centrarse en «el conocimiento, porque hoy en día se trabaja mucho para el turismo, pero hay que preguntarse lo que se está aportando en conocimiento al turismo», subraya. Por ello, Jaime Nuño afirma que, además de promover y conservar, se debe «aportar valor añadido a través de investigaciones y estudios para no contar lo mismo dentro de 30 años».