Imágenes reflejo de una época y una disciplina

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La muestra, organizada por Acción Cultural Española (AC/E) y el Ayuntamiento, puede visitarse en el Salón hasta el 15 de febrero

Imágenes reflejo de una época y una disciplina - Foto: Óscar Navarro

La exposición  50 fotografías con historia, que puede visitarse en el Salón hasta el próximo de 15 de febrero, propone un recorrido por los últimos ochenta años de esta disciplina en España a través de medio centenar de imágenes. Cada una de ellas es el reflejo de una época, de una forma de entender la fotografía y de su correspondiente carga social o humanista. Una muestra que, organizada por Acción Cultural Española (AC/E) y el Ayuntamiento, va dirigida a todo tipo de públicos en la que los visitantes pueden conocer de cerca imágenes icónicas de nuestra memoria colectiva», señaló el comisario José María Díaz-Maroto. 

El recorrido visual se inicia con el estallido de la Guerra Civil, momento en el que reporteros gráficos -como Agustí Centelles (Guardias de asalto en el Carrer de la Diputació, 1936) o Martín Santos Yubero (Un fotógrafo minutero retrata a un grupo de soldados durante la Guerra Civil, 1937)- se convierten en ojos y cronistas del conflicto. En la posguerra y años posteriores no dejan de surgir nombres propios -Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, 1958), Ramón Masats (Seminaristas jugando al fútbol, 1959) o Joan Colom (serie La calle, 1958), entre otros- que moldean la fotografía de maneras muy diversas: a través del documentalismo, el retrato satírico o el fotoperiodismo. 

La exposición continúa por una etapa de España que supuso, también en el lenguaje visual, una evolución necesaria: la Transición. En este momento surgen nuevos usos de la fotografía y nuevas voces -Alberto García-Alix (Autorretrato con cuerpo herido, 1981), Chema Madoz (S/T, 1985), Pablo Juliá (El voto de Fraga, 1982) o Marisa Flórez (Dolores Ibárruri La Pasionaria y Rafael Alberti, 1977)- con discursos necesarios para una sociedad en plena efervescencia. La muestra también transita por el auge del documentalismo y la mirada de los autores españoles al exterior que se inicia en los años 90 y continúa hasta la actualidad con autores clave como Cristina García Rodero (18 meses de vida, 1995), Navia (Escuela de Caconda, 1996), Isabel Muñoz (Danza khmer, 1996) o Sandra Balsells (Amra Efica, 1993). Una propuesta que repasa las miradas que marcan la actualidad fotográfica de España y la riqueza narrativa fruto de su historia. Entre la selección de fotógrafos se encuentran 17 Premios Nacionales de Fotografía y dos Premios Nacionales de Artes Plásticas.

Entre los participantes en 50 fotografías con historia figura el palentino Luis Castelo (Ajaia ajaja, 2007). Natural de Barruelo de Santullán, es profesor de Forografía  en la Facultad de Bellas Artes de Madrid desde hace 30 años. A partir de 1990 centra su trabajo en la búsqueda y el estudio de otra forma de ver la naturaleza, para lo cual utiliza escáneres y otros instrumentos alternativos a la cámara fotográfica. «Mi trabajo se centra en aspectos relacionados con el arte y la ciencia», señala, para añadir  que la imagen presente en la muestra se obtuvo de los fondos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. «Es maravilloso estar al lado de todos estos grandes nombres de la historia de la fotografía española», afirma. Además, al ser una exposicón que lleva años itinerando tanto por España como el extranjero, «es  fundamental para cualquier fotógrafo que quiera difundir su trabajo».

 ?La muestra, en la que se hace hincapié en la mirada personal de cada fotógrafo y en el contexto histórico y social en el que fueron tomadas las instantáneas, ofrece la oportunidad de realizar la visita guiada gracias a los códigos QR. 

La directora de Programación de AC/E, Isabel Izquierdo, destacó que se trata de un proyecto  -la exposición surge del libro homónimo publicado en 2017- de «éxito», y es que son cuatro años de itineracia de la  muestra. «Un largo periplo que va a continuar este año», comentó. Explicó que se trata de una iniciativa que se ha «mimado mucho» y que «acerca la cultura a otros espacios y audiencias».  A Palencia llega a petición de la Asociación Contraluz.