José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Guerra y pan

05/03/2022

La historia se repite, con la esperanza de no llegar a los términos que ocurrieron hace 166 años con los denominados 'motines del pan'. Una grave revuelta popular a causa de la carestía del pan, un alimento básico fundamental de las capas más desfavorecidas. En 1853 comenzó la Guerra de Crimea que enfrentó al todo poderoso Zar Nicolás I en contra de una coalición de países occidentales como Francia, Inglaterra, Grecia, Imperio Otomano. Como ahora, la guerra se desencadenó debido al expansionismo ruso y al temor de Francia y la Gran Bretaña victoriana de que, al desmoronarse el Imperio Otomano, Rusia se adueñaba de todo el acceso directo al mar Mediterráneo.
La guerra estaba a muchos kilómetros de Palencia y nada parecía alterar el curso de una ciudad tranquila. Los tres años que duró la guerra de Crimea afectó a Castilla, como principal productora de trigo, incrementó sus importaciones y el valor en el mercado supuso un enorme aumento que repercutió en la escasez y elevado precio del pan. La población más empobrecida y asalariados de baja retribución, en el barrio textil de la puebla, comenzaron a movilizarse. En Valladolid ya se habían producido altercados y en previsión de que la revuelta se extendiera a Palencia se tomaron medidas, pero no suficientes, ya que el 22 de junio de 1856, precisamente cuando se iban a aplicar medidas para abaratar el pan, estalló la revuelta.
Los amotinados asaltaron farmacias para buscar aguarrás y alcohol para activar incendios, quemaron la fábrica de harinas de las Once Paradas, propiedad de Enrique de la Cuétara, que fue el primer presidente del Casino de Palencia. Continuaron por la carretera de Autilla e incendiaron en Viñalta las dos fábricas de harinas. El ejército y la milicia fueron desplegados, declarándose el estado de sitio en Palencia. Uno de los mandos de la milicia, Manuel Martínez Durango, propietario de una fábrica de harinas en el camino de San Román, decidió actuar por su cuenta y defender con las armas la harinera. Ocasionaron algunas víctimas entre los amotinados. Un Consejo de Guerra penalizó con represión el motín del pan y una mujer fue ajusticiada.