Las dos asociaciones del entorno saharaui de la provincia acogen, un año más, a niños para que pasen el verano. Vacaciones en paz vuelve a Palencia tras dos años y ayer llegaron los chavales nacidos en 2004 que acogen trece familias y que visitan por primera vez el país. «Normalmente venían nuevos con ocho años y volvían hasta los doce, pero había repetidores y nuevos. Este año solo acogemos niños que no hayan venido antes», explica la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.
Y es que han cambiado las normas y, por motivos de covid y de las leyes propias del país de procedencia, los niños deben ser todos nuevos. Los dos anteriores años se paró la actividad y quienes vinieron en 2019 superan ahora la edad máxima para regresar, los doce años, además, las familias se han encontrado con el problema de los tiempos, pues lo normal es que lleguen a finales de junio. Este verano, sin embargo, el viaje se retrasó hasta ayer, provocando que los jóvenes solo puedan disfrutar de un mes y medio de vacaciones. Los problemas burocráticos y la ruptura de relaciones con España han sido también un obstáculo. «Teníamos nervios y también un poco de desilusión por ellos. Al final se han perdido casi un mes», comenta Aroa Madroño, integrante de una de las familias de acogida.
Actividades. Durante este mes y medio, los planes que tienen preparados las familias incluyen piscina, viajes a la playa o, incluso, campamentos matinales. A mayores, suelen organizar actividades conjuntas. Así, «se conocen las familias de acogida y los pequeños que vienen también disfrutan junto a sus otros compañeros», afirman desde la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.
Los trece niños saharauis llegan a Palencia para pasar el verano - Foto: Marcos LumbrerasEste año, por haber perdido casi un mes, suspenderán la mayoría de actos conjuntos como son la visita al parque de bomberos o a la Policía Local. «Queremos que los niños pasen el máximo tiempo posible disfrutando con la familias y del verano», comenta Anna C. Aparicio, integrante de la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui.
Los niños también visitan a los médicos y se les trata en caso de necesitarlo. «Queremos traer al mayor número posible aunque sea solo en verano para hacerles un chequeo y que reciban una alimentación correcta», remata Aparicio.